El expresidente Sarkozy será juzgado por corromper a un alto magistrado
Es un hecho muy grave, sin precedentes desde la fundación de la V República, en 1958. El expresidente Nicolas Sarkozy será juzgado en los próximos meses por presuntamente haber corrompido a un magistrado del Tribunal de Casación, la más alta instancia judicial en Francia. El último recurso para evitar el proceso fue rechazado ayer.
El conocido como caso de las escuchas es muy complejo. La investigación judicial arrancó, casi por casualidad, en el 2014. La justicia estaba indagando sobre otro asunto también muy serio, el de la supuesta entrega a Sarkozy, por parte del dictador libio Muamar el Gadafi, de cinco millones de euros para financiar la campaña electoral del 2007, la que lo llevó la jefatura del Estado. Entonces los investigadores se dieron cuenta de que el expresidente y su abogado, Thierry Herzog, se comunicaban con teléfonos móviles registrados bajo falsas identidades. El de Sarkozy iba a nombre de un tal Paul Bismuth. Estas escuchas mostraron que el expresidente trataba de obtener informaciones confidenciales, a través de su letrado, de un juez del Tribunal de Casación, a cambio de prometerle que mediaría para que le dieran a éste un cargo en Mónaco. El magistrado en cuestión era Gilbert Azibert. Sarkozy tenía mucho interés en que le facilitara datos sobre otro caso en el que él estaba implicado, el de Liliane Bettencourt, heredera del grupo L’Oréal, la mujer más rica de Francia. Al expresidente se le acusaba de haber abusado de la fragilidad mental de Bettencourt, mujer muy anciana, para lograr de ella donativos. Estas acusaciones finalmente no se materializaron.
El extitular del Elíseo siempre ha negado haber cometido cualquier irregularidad. Se siente víctima de una persecución judicial desproporcionada. Comparó en una ocasión los métodos de los investigadores contra él con los que usaba la Stasi, la siniestra policía secreta de la Alemania comunista.
El anuncio del envío a juicio de Sarkozy se produjo en plena tormenta por el caso Qatar 2022, sobre la adjudicación del Mundial de fútbol al rico emirato del Golfo. El expresidente tuvo mucho protagonismo en los tejemanejes diplomáticos y económicos en la sombra que precedieron a la decisión, en el otoño del 2010.
Pese a sus problemas judiciales, Sarkozy continúa siendo una figura de referencia de la derecha francesa, que se siente huérfana de un líder y cosechó unos resultados nefastos en las recientes elecciones europeas. Sarkozy, además, es tratado con mucha deferencia por Emmanuel Macron, hasta el punto de que el actual presidente ha enviado a su predecesor al extranjero a que lo representara en algún acto oficial al cual no podía asistir.
El proceso no tiene precedentes en Francia desde la fundación de la V República, en 1958