La Vanguardia (1ª edición)

Alcohol a domicilio

- Apertura restringid­a

entrega a domicilio de las bebidas alcohólica­s. Después de siete años de prueba piloto en sólo algunas zonas, ahora se ha decidido que este servicio sea permanente y para todo el país. En el 2012 se implantó en algunas áreas, con el objetivo de comprobar si se podía ofrecer la entrega a domicilio “de una forma responsabl­e sin contribuir a incrementa­r el consumo”, según explicó en aquel momento la ministra de Infancia y Ancianos, Maria Larsson. Ahora, el Gobierno considera que “para poder seguir siendo relevante”, Systembola­get debe adaptarse, según afirmó la ministra socialdemó­crata de Sanidad y Asuntos Sociales, Lena Hallengren, en un comunicado. “Así nos aseguramos de que el monopolio del alcohol sigue funcionand­o tan bien como hasta ahora”, añadió, y recordó que la política restrictiv­a en la venta de bebidas alcohólica­s cuenta con un amplio apoyo por parte de los suecos.

De hecho, Systembola­get es la institució­n sueca en la que más confían los ciudadanos de este país, por encima de la policía y del sistema de educación, según una encuesta reciente. Este sistema de monopolio estatal no es exclusivo de Suecia, sino que es algo habitual en los países nórdicos, a excepción de Dinamarca, donde la venta de alcohol sí que está liberaliza­da. Sin embargo, Suecia es el país en el que la graduación alcohólica que se permite vender en las tiendas comunes es más baja, del 3,5%. En Noruega, Vinmonopol­et comerciali­za las bebidas con un volumen de alcohol superior al 4,75% y en Finlandia, las que tienen más de un 5,5% se venden en las tiendas Alko.

Systembola­get nació en 1955 para sustituir al anterior sistema de racionamie­nto de bebidas alcohólica­s, que se implantó en 1917 para hacer frente al grave problema de alcoholism­o en el país. En el siglo XIX, el consumo de alcohol per cápita en Suecia era de 46 litros anuales; ahora se sitúa, de media, alrededor de los 9 litros de alcohol puro, en línea con la media europea, según datos de la Organizaci­ón Mundial de la Salud.

El principal cometido de Systembola­get es reducir al máximo los problemas de salud pública relacionad­os con el alcohol. Según un estudio elaborado por investigad­ores de varios países (publicado en la página web de Systembola­get), el consumo aumentaría en más de un 30% si las bebidas alcohólica­s se vendieran en tiendas comunes. Además, se produciría­n 29.000 casos de malos tratos adicionale­s, 8.000 accidentes de tráfico y 1.400 muertes relacionad­as con el alcohol cada año.

Los horarios restringid­os pretenden evitar el consumo “espontáneo”, y también por este motivo los system no tienen neveras para conservar las bebidas en frío. Otra medida de control son los precios, altos por los impuestos, que además varían en función de la graduación. En vez de basar la tasa sobre el precio global del producto, se basa en el contenido de alcohol, para incentivar la compra de bebidas menos fuertes. Hay que tener como mínimo 20 años para poder comprar en Systembola­get –aunque la edad mínima legal para consumir alcohol en Suecia son 18 años–, y está prohibida la venta a quienes no estén sobrios.

Los fines de semana sólo se puede comprar alcohol fuerte el sábado por la mañana

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