Puigdemont y Mas acuerdan rearmar el espacio de JxCat
Los dos expresidents tratan durante cuatro horas en Waterloo el futuro posconvergente
Reordenar es la palabra de moda en el espacio posconvergente. Consumido el ciclo electoral de esta primavera, los diferentes protagonistas del disperso campo heredero de CDC asumen que aún tienen deberes por delante: poner orden en su sopa de siglas para apuntalar el proyecto político. Con este cometido, sus dos voces más autorizadas, los expresidentes de la Generalitat Carles Puigdemont y Artur Mas, se citaron ayer en Waterloo en una larga reunión de cuatro horas de la que salieron con la voluntad compartida de “reforzar Junts per Catalunya como realidad política”.
JxCat –hoy una marca electoral registrada por el PDECat sin esqueleto organizativo propio– se erige así como el paraguas bajo el que los posconvergentes quieren guarecer todas sus corrientes. En este sentido, fuentes conocedoras de la reunión señalaron que los dos expresidents “coincidieron en la necesidad” de que JxCat cuente con una “estructura operativa y eficaz”. En definitiva, dotar de un armazón las siglas que ya visten los cerca de 3.000 electos que la marca JxCat ha situado en el último año y medio en las Cortes Generales, el Parlament, la Eurocámara y los ayuntamientos.
Puigdemont y Mas pretenden consolidar la sigla JxCat para despejar dudas y “reforzar e incrementar la confianza” en el espacio posconvergente. El conseller Miquel Buch, que este lunes también visitó Waterloo con otros cuadros nacionales y municipales de JxCat, admitía ayer que deben recuperar la manera de “explicarse mejor y volver a conectar con la gente”. Para ello se plantea fundamental definir un marco ideológico, que, según trataron Puigdemont y Mas en su cita, pasa por la “vocación de centralidad”.
La próxima configuración del Parlamento Europeo –con el acta vacante de Puigdemont–, las posibles repercusiones de la sentencia del juicio del procés y “la consolidación y avance” del proyecto soberanista fueron los otros tres bloques que los dos expresidents pusieron encima de la mesa.