Ensayo general
Ismael Serrano
Lugar y fecha: Liceu (18/VI) Muy buena entrada al paso del cantautor Ismael Serrano por el Liceu. Venía el madrileño a ofrecer Todavía, propuesta acústica que –marca de la casa– fue de lo más prolija: 2 horas y 45 minutos, con 25 temas en cartera, entre ellos tres versiones que describen perfectamente algunas de sus fuentes principales: Palabras para Julia de Paco Ibáñez/José Agustín Goytisolo, Ojalá de Silvio Rodríguez, y Quién me ha robado el mes de abril de Joaquín Sabina.
Servida justo antes de bises, Papá, cuéntame otra vez –con su bonita evocación sesentayochista– fue de lo más destacado de una actuación en la que los presentes también recibieron con algo más que entusiasmo Si se callase el ruido o El día de la ira, que dedicó a las mujeres que se movilizaron el 8 de marzo. Canciones en clave más íntima como Vértigo o Ahora que te encuentro capturaron también el corazón de la audiencia.
Aunque hay algo de verdad en ello, sería limitante contentarse con señalar a Serrano como un “correcto progresista” de manual. El “compromiso” no es obligatorio en su oficio, pero tampoco desmerece a quien lo adopta. Existen, además de la política, otros sesgos significativos en su lírica, entre ellos una fijación con el paso del tiempo que da mucho juego. Por lo demás, el planteamiento de su comparecencia compensó aspectos de su trabajo quizá no tan interesantes, como un dibujo musical al que en términos generales le iría bien algo más de contraste, o una cierta propensión a la trascendencia en ocasiones. Con su guitarra y algo de pedalería, siguió un guion estupendo, que nos situaba en el ensayo general de una gala. Sacando jugo a esta premisa, la cosa se caracterizó por un gran dinamismo, acompañado de bastante sentido del humor, elementos ambos que contribuyeron a redondear la jugada.