Ríos, valles y amor
Qué ve hoy un geógrafo en el mundo? El capitalismo está dopado con liquidez: se han fabricado y puesto en circulación ingentes cantidades de dinero, porque el sistema no acaba de funcionar.
Pues EE.UU. tiene casi pleno empleo. Ese es el drama: que incluso el pleno empleo no reparte prosperidad como solía y deja a demasiada gente atrás. Para paliar todas sus deficiencias, los bancos centrales fabrican más y más dinero... Pero no se reparte.
¿Y la liquidez lo arregla todo o sólo lo disimula todo de momento?
Hay más dinero que nunca, una liquidez estratosférica, pero sigue concentrándose cada vez más en pocas manos. Y la era digital, que iba a democratizar la riqueza y el conocimiento, lo ha monopolizado para un puñado de billonarios tecnológicos.
¿No hay nuevas clases medias en Asia? Y también millones de nuevos millonarios. Y ese es el asunto que ocupa al geógrafo: todos quieren invertir en el centro de ciudades cosmopolitas con una marca muy sólida. Y esperan que sean rentables.
¿Hay mucho más dinero, pero no hay
muchas más viviendas ni ciudades?
Y por eso en las ciudades hay cada vez menos ciudadanos y más inversores. El metro cuadrado es cada vez más caro, pero, en cambio, muchas viviendas están deshabitadas o sólo las habitan turistas por días.
¿Usted es propietario?
Tengo un pisito en Manhattan y eso me hace millonario. Es ridículo.
¿Por qué no se relaja y lo disfruta? Porque si vendo ese piso y quiero seguir viviendo en mi barrio de toda la vida, para comprar otro me convertiría en pobre y, además, endeudado.
¿Qué hacer?
Intervenir los mercados, por supuesto. La sociedad nos debe proteger con leyes.
¿Y si vende su piso y se va usted a otro sitio más barato?
Soy geógrafo. Y si he aprendido algo estos años es que la geografía es donde los sentimientos convergen con el dinero. No voy a renunciar a mi sentimiento de pertenencia y al cariño a mi vecindario por obedecer a la lógica de mercado.
¿Cuál es la lógica de mercado en su barrio?
Pues hay inversores chinos, árabes y rusos y La geografía no son montañas, ríos y valles, sino lo que los humanos proyectamos en ellos. Primero fue geografía militar; después, colonial y hoy, financiera. David Harvey investiga hoy la geografía siguiendo al dinero: ¿dónde fluyen las inversiones? ¿Y de dónde huyen? ¿Por qué? También analiza los sentimientos: ¿por qué una ciudad o un territorio es querido u odiado? ¿Y cómo expresa el arte y cultura ese sentimiento? Nunca la humanidad tuvo tanto dinero como hoy, porque los fallos del capitalismo se disimulan fabricando billetes y esa ingente liquidez busca seguridad comprando vivienda en grandes ciudades. La geografía estudia ahora las consecuencias. Y cómo evitar que degraden los lugares que amamos.