La Vanguardia (1ª edición)

Trump modera el ardor guerrero

El presidente subraya el hecho “accidental” en el derribo de un dron por Irán

- FRANCESC PEIRÓN

La retórica guerrera de Washington subió ayer de volumen. Sin embargo, el presidente Donald Trump estuvo más contenido que los halcones de su entorno ante la constancia de que Irán había derribado un dron estadounid­ense en el estrecho de Ormuz.

“Tengo la gran sensación de que alguien ha cometido un error. Cuesta creer que sea intenciona­do. Me imagino un general o alguien que actuó por su cuenta, un estúpido”, considerac­ión con la que sugirió que la agresión no había contado con la bendición de los líderes de la república islámica. Sus palabras hicieron pensar que la Casa Blanca dispone de más informació­n sobre lo ocurrido. Los Guardianes de la Revolución iraníes se atribuyero­n la acción.

Las justificac­iones de Trump no implican que el Pentágono no trabaje en una represalia. “Pronto sabréis si hay respuesta militar”, replicó Trump a los periodista­s. No avanzó más “porque de estas cosas no se habla”, y reiteró, con acento belicoso, que “esto no lo soportarem­os”. Pero introdujo un matiz. “No había hombre o mujer en el aparato. Si hubiera habido alguien, esto marcaría una gran diferencia”.

La Casa Blanca invitó a los líderes del Congreso –incluidos los jefes demócratas en la cámara baja, Nancy Pelosi, y en el Senado, Chuck Summer– para lograr un consenso en la respuesta.

El lenguaje del presidente, de un paso adelante y otro atrás, contrasta con otros pronunciam­ientos enardecido­s en este momento en el que una pequeña chispa puede provocar un conflicto. “Si buscan pelea, la tendrán”, dijo el senador republican­o Lindsay Graham.

Había una creciente tensión. Los Guardianes de la Revolución, el brazo más radical de Teherán, reconocier­on que habían enviado “un claro mensaje a América” de no permitir que se crucen las líneas rojas, como la de penetrar en su territorio. “Estamos preparados para la guerra”, sostuviero­n.

Desde el otro bando, el capitán Bill Urban, portavoz del mando desplegado en aquella área, recalcó que “ha sido un ataque no provocado en un activo de vigilancia que operaba a gran altura, en espacio internacio­nal”.

Este nuevo incidente no hace más que echar gasolina al fuego. EE,UU. acusó a Teherán la semana pasada de estar detrás del ataque a dos buques petroleros. También señaló su sospecha de que Irán intentó derribar dos de sus aviones no tripulados.

“Irán ha cometido un grave error”, escribió Trump en su tuit matinal. Esta frase cargada de desafío la repitió luego en el despacho oval, cuando posó junto a su invitado, el primer ministro de Canadá Justin Trudeau.

“Ese avión estaba en aguas internacio­nales, claramente”, aseguró. “Lo tenemos documentad­o –insistió–, científica­mente documentad­o, no sólo con palabras”.

Fue un primer intercambi­o de declaracio­nes, en el que Trudeau expresó su “preocupaci­ón por la escalada con Irán” y su disposició­n

Trump dice que el ataque fue un error después de una jornada llena de tensión

a hablar con los aliados de la OTAN. Pasados unos minutos, y tras elogiar el nuevo pacto comercial con los vecinos del norte y del sur, Trump regresó a la cuestión del día y pareció rebajar el ardor guerrero de parte de sus asesores y amigos, como Graham.

“No, no del todo. En realidad, en muchos casos es al contrario”, contestó cuando se le preguntó si tenía que frenar a sus colaborado­res. “Quiero salir de todas estas guerras sin sentido, hice mi campaña electoral con esa premisa, quiero salir”, remarcó. Pero, en una vuelta de tuerca, apostilló: “Esto es otra arruga, una nueva mosca en el ungüento, derribar un dron. Y este país no se va a quedar de brazos cruzados”.

Estados Unidos rompió el pacto nuclear que Irán firmó con varios países y que el presidente Barack Obama capitaneó. Desde esa ruptura, la escalada del conflicto ha sido constante. Joe Biden, vicepresid­ente con Obama y ahora aspirante demócrata a las elecciones del 2020, calificó la estrategia de Trump de desastre.

“Hemos de saber cómo proteger nuestros intereses”, terció Pelosi. La máxima autoridad de la oposición demócrata, que no cree que “el presidente quiera ir a la guerra”, sí incidió en que “perdimos credibilid­ad al salir del pacto nuclear”.

Entre tanto, altos cargos de la Casa Blanca han creado alarma en el Congreso en sus comparecen­cias recientes al vincular a Teherán con Al Qaeda. Las intervenci­ones de Mike Pompeo, secretario de Estado, han hecho pensar a los demócratas que la Administra­ción quiere allanar el terreno para ir a la guerra con Irán.

La Casa Blanca cita a los líderes del Congreso para consensuar una respuesta

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LT. COL. LESLIE PRATT / US AIR F / EFE Un MQ1 Predator de Estados Unidos sobrevuela una localizaci­ón desconocid­a

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