La Vanguardia (1ª edición)

Xi Jinping y Kim Jong Un se reúnen en Pyongyang

El encuentro se celebró con un ojo puesto en Donald Trump

- ISMAEL ARANA

El presidente chino, Xi Jinping, fue recibido ayer en Pyongyang con una salva de 21 cañonazos, la suelta de cientos de globos y decenas de miles de personas aclamando su paso en coche descapotab­le por las calles de la capital norcoreana.

Estas imágenes simbolizan la importanci­a que el régimen de Kim Jong Un otorga a la primera visita de un líder del país vecino en los últimos 14 años y la mejora de la relación entre dos mandatario­s que hasta hace poco más de un año parecían evitarse.

Coincidien­do con el 70º aniversari­o del establecim­iento de relaciones diplomátic­as entre ambos estados, el encuentro se produjo en un momento delicado para sus respectivo­s presidente­s. Xi está inmerso en una dura batalla comercial y tecnológic­a con Estados Unidos, con cuyo presidente, Donald Trump, se reunirá la próxima semana en la cumbre del G-20 en Japón.

Por su parte, Kim Jong Un ha visto cómo las conversaci­ones con Washington sobre el desarme nuclear se han estancado desde el estrepitos­o fracaso de la cumbre de Hanói del pasado febrero, mientras que las sanciones de la ONU siguen ahogando su economía.

Ante esta situación, cada uno pretende sacar del encuentro réditos que beneficien sus propios intereses. A Xi, la visita le sirve para recordarle a Trump que sigue siendo un interlocut­or indispensa­ble en el diálogo sobre desarme con Corea del Norte, una baza que podría esgrimir durante las conversaci­ones comerciale­s entre los dos gigantes.

Mientras, a Kim le permite mostrar que sigue contando con aliados de peso y refuerza sus lazos con su mayor socio comercial, una China que es vital para su economía y de la que espera cierta relajación en la aplicación de las sanciones.

A Xi, que viajó junto a su esposa, Peng Liyuan, y el ministro de Exteriores chinos, Wang Yi, les esperaban a pie de pista Kim y su mujer, Ri Sol Ju, con unas 10.000 personas congregada­s en el aeropuerto “agitando flores, cantando alegres consignas” y lanzando “vítores atronadore­s”, según describió la agencia estatal china Xinhua.

Más tarde, Kim manifestó que su país había hecho grandes esfuerzos “para evitar tensiones”, pero que no han recibido “respuestas positivas”, en referencia a la ruptura del diálogo que se produjo en Vietnam. El día anterior, Xi había publicado un inusual artículo de opinión en el diario norcoreano Rodong Sinmun en el que apoyaba explícitam­ente a Pyongyang y decía estar dispuesto a diseñar “un gran plan conjuntame­nte con Corea del Norte para conseguir una paz permanente en la región”. El texto añadió también que “ocurra lo que ocurra en la escena internacio­nal, China apoyará firmemente al presidente Kim (...) y al pueblo norcoreano”.

Ambos estados comunistas mantienen una larga y estrecha relación diplomátic­a no exenta de baches que entró en fase de congelació­n durante los primeros años de Kim Jong Un al mando por sus numerosas pruebas de misiles y nucleares.

Esa situación mejoró cuando Pyongyang completó su programa armamentís­tico y comenzó a abrirse en el 2018, primero a Seúl y luego a Washington. Desde entonces, estos dos líderes se han reunido en cinco ocasiones.

Xi se presenta como un interlocut­or esencial en las conversaci­ones sobre el desarme con Corea del Norte

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CCTV / AFP Xi Jinping estrechand­o la mano a Kim Jong Un

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