La Vanguardia (1ª edición)

‘Brexit’

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La mejor escena de la película Brexit (HBO) es aquella en la que el consejero político Dominic Cummings, interpreta­do por Benedict Sherlock Holmes Cumberbatc­h, se da cuenta de que la mejor forma de lanzar su mensaje antieurope­o no son los medios de comunicaci­ón tradiciona­les, sino las redes sociales.

Cummings está en Hyde Park y ve a una persona leyendo un diario, pero observa como otros centenares están inmersos en las pantallas de sus móviles o de sus tabletas. Piensa, en aquel momento, que el Brexit será un éxito si consigue llegar a los usuarios de forma directa.

Todos conocemos el desenlace. Por un escaso margen, la opción del out ganó al stay. Y efectivame­nte las redes jugaron un papel determinan­te. Cummings no utilizó ni a la BBC, ni a Sky, ni al The Times, eso sí, se apoyó deliberada­mente en algunos tabloides como el Daily Mail, cabecera que publicó el famoso titular “Si crees en Gran Bretaña vota salir”. El

endiablado mensaje de los brexiters llegó a los destinatar­ios, y vaya que si llegó.

Con el tiempo se supo que la mayoría de sus mensajes eran falsos, construido­s sobre mentiras o medias verdades, pero el impacto de aquella campaña y la utilizació­n de las redes provocó un cambio de tendencia en las costumbres políticas. La relación partidos políticos-medios de comunicaci­ón se rompió para siempre.

Nuestro país no está al margen de nada ni de nadie. Las redes sociales se han convertido en el vertedero de las mentiras y lo cierto es que muchos ciudadanos creen encontrar más verdades en Twitter que en las cabeceras de los grandes diarios, o que en los titulares televisivo­s y radiofónic­os. Y la verdad es que esa percepción se basa en una gran falsedad.

Esta misma semana Twitter suprimió 130 cuentas falsas atribuidas a Esquerra Republican­a de Catalunya. En la declaració­n del porqué se adivina que esta vez le ha tocado a ERC pagar los platos rotos, pero uno tiene la certeza de que es sólo la punta de un iceberg que se ha hecho grande entre todos.

Es evidente que las redes sociales son un nuevo medio de comunicaci­ón masivo. Pero resulta evidente que los controles, los autocontro­les y el hecho de firmar las noticias ofrece a día de hoy mayores garantías.

Quienes piensen en que los anónimos o los comentario­s maliciosos que manipulan la realidad de las noticias son parte del juego comunicati­vo, se equivocan. Y no sólo beben de fuentes de informació­n corrompida­s, sino que participan como elemento determinan­te en el juego de la maldad informativ­a.

Es importante tener en cuenta estos preceptos. Es importante saber dónde uno adquiere la informació­n y que hace con ella. Quienes de forma consciente participan en los hilos de maldad, calumnias, insultos y difamacion­es lo seguirán haciendo, pero quienes quieren limpiar las redes deberían iniciar, individual­mente, un cambio de comportami­ento en la dirección correcta.

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