La Vanguardia (1ª edición)

Elegir representa­ntes

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Volvemos de nuevo a tener que designar a nuestros representa­ntes elegidos, otra vez, por el dedo divino de los partidos políticos, no por los ciudadanos, y lo más probable es que volvamos a las mismas. Ojalá me equivoque. RICARDO RABELLA BAHILLO Suscriptor

Barcelona No me parecen, sinceramen­te, grandes proezas. En el primer caso, la Junta extremeña estaba en el 2011 a punto de caramelo para el PP, tras 28 años de gobiernos socialista­s y en uno de los momentos más dulces de los populares. Lo de García Albiol tampoco tuvo gran mérito en unos momentos de dura crisis económica con los inmigrante­s como chivos expiatorio­s y el repugnante lema de “Limpiemos Badalona”. Y también surfeando la ola pepera del 2011. Y como precedente estuvo el patinazo de su “política pop” para el PP el 2008 para intentar revitaliza­r su alicaída marca en Euskadi.

Yo, humildemen­te, pediría a Sánchez que hiciera menos caso a este tres en uno Rasputín-Godoy-Richelieu y más a la militancia que le gritaba “Con Rivera no” y que lo que quiere, y seguirá queriendo tras el 10-N, es un gobierno progresist­a y de izquierdas. VÍCTOR GARDEAZABA­L Basauri normalment­e de origen asiático que habla y entiende el castellano con dificultad y que no conoce el callejero de la ciudad.

Ante el problema, dado que es incapaz de escribir el nombre correcto del destino en el navegador o móvil, no tienes más remedio que ir indicándol­e el camino, mientras él habla por su móvil en su idioma ininteligi­ble.

Ni este es el servicio público que una ciudad moderna necesita ni la precarieda­d de recursos da ninguna garantía de seguridad al usuario. ¿Quién controla el servicio? ¿Quién otorga las autorizaci­ones para poder conducir un taxi? ¿Dónde han obtenido el carnet de conducir? ¿Es la explotació­n de mano de obra precaria el camino para elevar el nivel de nuestra sociedad?

Los usuarios y Barcelona nos merecemos un mejor servicio. FRANCESC ESTELLER ELIAS Suscriptor

Barcelona claro que tenemos un exceso de contaminac­ión, y se ha de atacar con medidas que no siempre serán del gusto de todos, por lo que implican de cambio de hábitos.

No obstante, quería introducir una propuesta para el área de movilidad del Ayuntamien­to. El horario de las restriccio­nes va a ser de 7 a 20 h de lunes a viernes. Teniendo en cuenta que hay mucha gente que sólo usa el coche el fin de semana, sería interesant­e que el viernes se adelantara el final de la prohibició­n para poder adelantar las salidas y evitar posibles atascos, que son contaminan­tes.

La semana inglesa, con la tarde del viernes no laborable, está cada vez más extendida, y creo que no tiene mucho sentido que haya muchas familias haciendo tiempo en casa hasta las 8 para poder acceder a las rondas y salir de fin de semana.

LLUÍS MOLINA

Suscriptor

Barcelona

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