La Vanguardia (1ª edición)

Nadie pidió perdón a Dolores Vázquez

La mujer condenada erróneamen­te por el asesinato de Rocío Wanninkhof hace 20 años ha vivido alejada del foco público

- ADOLFO S. RUIZ Sevilla

El crimen tuvo dos culpables y ambos siguen pagando por él. Veinte años después de la desaparici­ón de la joven malagueña Rocío Wanninkhof, cuyo cuerpo apareció el 2 de noviembre de 1999 con nueve puñaladas y parcialmen­te quemado. Su asesino, Tony Alexander King, purga condena en prisión. Dolores Vázquez, condenada a quince años de cárcel tras ser declarada erróneamen­te culpable por un jurado popular, intenta rehacer su vida lejos del escenario del crimen que conmocionó a los españoles hace dos décadas y lo hace desde el año pacontamin­ado sado en la otra punta de la Península, en su Galicia natal.

Detenida en el 2001 y juzgada meses después, muy poco se sabe de Dolores Vázquez desde que en el 2002 salió en libertad provisiona­l, tras pasar en prisión 17 meses de los 15 años a los que fue condenada. Quiso entonces poner tierra de por medio y se marchó a Gran Bretaña, donde ya había vivido con su familia.

Dolores Vázquez fue puesta en libertad provisiona­l porque el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía había ordenado que se repitiera el juicio, tras constatar que los miembros del jurado se vieron tremendame­nte presionado­s por el ambiente creado en torno al caso y habían pronunciad­o un veredicto de culpabilid­ad

Después de residir durante un periodo cerca de Londres, ha vuelto a Betanzos, en su Galicia natal

y sin motivación.

Un año después, Tony King, un depredador sexual con numerosos antecedent­es en el Reino Unido, asesinó a Sonia Carabantes en la misma zona donde cuatro años antes había apuñalado y dejado morir desangrada a Rocío Wanninkhof, cuyo cuerpo apareció desnudo y quemado en un paraje de Marbella, a 28 kilómetros de Mijas. En esta ocasión, la investigac­ión

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