Evacuación masiva en California por otro incendio
Como si no hubiera pasado el tiempo, como si fuera ayer, California vuelve a quemarse.
Todavía está presente la destrucción de Paradise, hace menos de un año, que dejó 85 muertos. Ese mismo estado sufre un nuevo siniestro por el que este viernes había unas 100.000 personas evacuadas de sus domicilios en la zona norte de Los Ángeles. Más de 23.000 viviendas recibieron la orden de desalojo ante la amenaza de las llamas.
El fuego, impulsado por el fuerte viento, seguía su avance destructivo. Arrasó al menos 25 residencias, provocó el cierre de carreteras y la huida de la zona de los residentes en el valle de San Fernando. El siniestro se inició la noche del jueves y creció en un radio de 18 kilómetros cuadrados. Más de un millar de bomberos trataban de frenarlo, pero tenían pocas opciones debido a las rachas ventosas.
Como medida preventiva, en el norte de California la compañía Pacific Gas and Electric cortó el suministro eléctrico por temor a que una chispa, combinada con el viento, pudieran provocar más incendios. Este viernes la luz regresó para algo más de la mitad de los dos millones de residentes a los que se les aplicó esa medida precautoria. La normalidad volvió en los hogares de aquellas zonas donde los inspectores de la empresa revisaron las líneas y certificaron su seguridad.
Este nuevo incendio en el entorno de Los Ángeles ha provocado varios heridos –sin determinar su gravedad– y, de momento, se ha cobrado una víctima mortal, un hombre que este viernes sufrió un ataque al corazón cuando hablaba con los bomberos.