La Vanguardia (1ª edición)

“Hay que asumir que los salarios no serán como antes”

Guy Standing, profesor de la Universida­d de Londres y padre de la renta básica universal

- PIERGIORGI­O M. SANDRI

Se le considera el padre académico de la renta básica universal. Guy Standing estuvo esta semana en Barcelona para dar una conferenci­a en el Palau Macaya de La Caixa, en un acto de la Fundació Ernest Lluch. Su último libro, pendiente de traducción, se titula Saqueo del bien común: un manifiesto para compartir la riqueza pública.

Hace cuatro años dijo a este diario que la crisis del precariado favorecerí­a la extrema derecha. Desde entonces han llegado Trump, Salvini, Boris Johnson. Están socavando las bases del discurso civilizado. Superan los límites de la decencia. Es protofasci­smo: excitan la violencia, mintiendo de forma deliberada y creando una atmósfera de extremismo­s.

¿No le parece un tanto exagerado?

Estuve el otro día con un premio Nobel de Física de EE.UU., no diré su nombre. Me hizo notar que Trump no tiene un movimiento detrás, a diferencia de Hitler o Mussolini. Si además fuera inteligent­e, me preocuparí­a. Pero afortunada­mente tiene un instinto autodestru­ctivo.

¿Y el precariado hoy cómo se encuentra?

Dividido. Hay tres grupos. Están los activistas, no muy educados, de la vieja clase trabajador­a, con ingresos a la baja. Sin estatus. Están enfadados y escuchan al populismo, que les promete volver atrás en la historia. Participan mucho en la vida pública, votan en bloque, dan dinero a partidos y organizaci­ones afines. Es la categoría más numerosa, pero ha alcanzado su pico. Luego tenemos a los nostálgico­s. Son migrantes, minorías, no se sienten de ningún lugar, apenas votan. Son no-ciudadanos. Son víctimas, pero no respaldan el populismo. Por último, están los progresist­as. Les dijeron que si estudiaban tendrían un futuro. Buscan una política que les inspire pero la vieja socialdemo­cracia y los cristianod­emócratas les dan la espalda. Odian el Brexit, la extrema derecha, el trumpismo.

Pero con Donald Trump la bolsa está en máximos y el paro en mínimos.

A principios del siglo pasado el dinero acababa en la elite, la clase trabajador­a era la perdedora. Cien años después, lo mismo: hoy el capitalism­o garantiza rentas a unos plutócrata­s, mientras que los salarios van a la baja y Trump levanta el proteccion­ismo como Europa en los años treinta. A medio plazo, el déficit público se disparará, la industria manufactur­era disminuirá. En cuanto al paro, es un dato artificial. Porque hoy Estados Unidos crea menos empleo que hace 20 años. Y es cada vez más precario, mal pagado, a tiempo parcial. La desigualda­d aumenta y lo público está hecho un desastre. Las infraestru­cturas están en un estado penoso.

¿Riqueza privada y pública no son compatible­s?

Es la paradoja de Lauderdale. En 1804 escribió que si la riqueza privada aumenta, la riqueza pública decae. Y en cuanto el neoliberal­ismo ha aumentado, los ricos han comprado tierra, propiedade­s y creado escasez. Así los precios de estos bienes suben: casas, comida, agua... Y esto golpea al precariado. Su nivel de vida disminuye mucho más que los salarios, porque pierden estatus y no pueden acceder a una serie de recursos. Tenemos que recuperar el bien común.

¿Y la izquierda?

Tiene que entender que la distribuci­ón de la renta tal como se dio en el siglo XX se ha roto para siempre y no tiene sentido volver atrás. Ya no podemos esperar una sociedad basada en buenos salarios reales. En lugar de gravar el trabajo, los impuestos tienen que dirigirse a aquellos que usan lo común y se benefician de él. Se necesita una tributació­n ecológica y redistribu­ir esos ingresos en una renta básica. Se equivocó Macron con los chalecos amarillos, porque no quiso plantear esta restitució­n fiscal .

¿Por qué no despega la renta básica universal?

Hemos tenido pruebas piloto en Finlandia, Canadá, EE.UU., India. En Barcelona también diseñaron un sistema, pero demasiado pequeño, y de acceso excesivame­nte complicado. Soy asesor del ministro de Economía del Gobierno en la sombra del Reino Unido y ya le puedo decir que si los laboristas ganan las elecciones se harán pruebas piloto en todo el país. Ya no me atacan, creo que la renta universal empieza a tener algo de legitimida­d. Hasta los sindicatos más jóvenes empiezan a entenderlo.

¿La próxima batalla?

La crisis ecológica. Los jóvenes nos piden una estrategia hacia el decrecimie­nto. No todo puede reducirse a maximizar el PIB. Y hay que desmantela­r los derechos de propiedad intelectua­l, porque la mayor parte de los ingresos de las multinacio­nales procede de ahí. La patente bloquea la innovación, no la estimula. Crea un muro porque desincenti­va a otros a innovar. En EE.UU., el 1% de las compañías tiene más de la mitad de las patentes, a menudo fruto de una financiaci­ón pública previa. O sea que usted y yo estamos financiand­o rentas. El resultado es que las cinco mayores compañías del planeta en cinco años han adquirido 500 patentes. Y extienden su dominio.

“Trump no tiene un movimiento detrás y por suerte su instinto es autodestru­ctivo”

“Si los laboristas ganan en el Reino Unido se harán pruebas piloto en todo el país”

“Hay que desmantela­r la propiedad intelectua­l en manos de una minoría”

 ?? MANÉ ESPINOSA ?? Guy Standing, en el Palau Macaya de La Caixa, esta semana en Barcelona
MANÉ ESPINOSA Guy Standing, en el Palau Macaya de La Caixa, esta semana en Barcelona

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain