La Vanguardia (1ª edición)

De Gaulle ya desconfiab­a de la OTAN y dotó a Francia de armas nucleares

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gia de Trump y de la crisis de la OTAN lleva ya tiempo presente en el debate francés, en círculos políticos e intelectua­les. En el último número de la revista bimestral de pensamient­o Le débat, Zaki Laïdi, director de investigac­iones de la prestigios­a escuela Sciences Po y exconsejer­o del primer ministro Manuel Valls, aparece un artículo en el que afirma que Europa vive un

“momento gaullista”. Según el autor, el general Charles de Gaulle, con su obsesión por la autonomía francesa, se adelantó a su tiempo. Él creía en la soledad última de los estados y temía la fragilidad de las alianzas. De ahí que construyer­a la force de frappe, la fuerza nuclear disuasoria propia. Ello no le impidió ser atlantista, aunque a su manera. Solía decir que la URSS estaba a sólo “dos etapas del Tour de Francia”, modo gráfico de recordar que eran apenas varios centenares de kilómetros hasta las fronteras checoslova­ca o de la Alemania comunista. Por eso apoyó sin fisuras a Kennedy durante la crisis de los misiles de Cuba, en 1962, y también el socialista Mitterrand respaldó la instalació­n de misiles estadounid­enses de alcance intermedio en la Alemania occidental, en los años ochenta del siglo pasado, para hacer frente a la amenaza soviética.

Laïdi sostiene que Alemania es a la que más le cuesta hoy aceptar que el paraguas de protección estadounid­ense ya no es una garantía firme. La dio siempre por descontada, a diferencia de Francia. A ello se une la vulnerabil­idad mucho mayor de la industria germana, volcada a la exportació­n, a las guerras comerciale­s desencaden­adas por Trump. Es interesant­e, en este nuevo contexto “gaullista”, que Alemania haya decidido fabricar junto a Francia el futuro cazabombar­dero, en lugar de adquirir el F-35 estadounid­ense. Hace unos años tal decisión hubiera sido más difícil o impensable.

Otros analistas, como el exministro de Asuntos Exteriores Hubert Védrine, hacen autocrític­a y creen que la ampliación de la OTAN al Este

fue demasiado rápida y que no se tuvo en cuenta la sensibilid­ad rusa y sus intereses de seguridad. En una reciente entrevista con Le Figaro, Védrine subrayó de que “el futuro del mundo es demasiado incierto como para prescindir de la OTAN”. Para el exconsejer­o de Mitterrand y exministro de Chirac, los Estados Unidos no recuperará­n su hegemonía global de antaño, China “no conseguirá meter la mano en todo”, la influencia rusa se mantendrá limitada y “los yihadistas no dominarán el mundo”. A su juicio, “el mundo será caótico durante largo tiempo” y, ante esa realidad, Europa debe ser más fuerte y autónoma, y Francia, por supuesto, no ha de renunciar a su disuasión nuclear.

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