La Vanguardia (1ª edición)

“Estamos en un laberinto”

El candidato socialista reconoce, a pocos días del voto, que España puede ser ingobernab­le 10-N Sánchez se disculpa por haber afirmado que la Fiscalía recibe órdenes del Gobierno El ascenso de Vox enmarca el final de la campaña, con nervios en los part

- Enric Juliana

“Estamos en un laberinto”. En un rapto de sinceridad, poco usual en una campaña electoral, Pedro Sánchez definió ayer con estas palabras el momento de España. Pocas veces se habrá oído al candidato que va en cabeza definir como laberíntic­a la situación del país cuando faltan menos de setenta y dos horas para el voto. Son las cosas nuevas del siglo XXI. Rerum Novarum.

El candidato socialista, sin embargo, no pecó ayer de ingenuo en el programa Al Rojo Vivo ,de La Sexta, en el que fue entrevista­do. El reconocimi­ento de que España se halla en un laberinto al final de una campaña electoral que se podía haber evitado, conlleva un ruego a los ciudadanos: Ayúdennos a salir del lío en el que nos hemos metido. Sánchez apeló a la responsabi­lidad de los electores ante el fulgurante ascenso de la extrema derecha.

Tras la aparición del fuego en las calles de Barcelona, pronto hará un mes, Vox pegó un salto hacia arriba (véase La Vanguardia del pasado 28 de octubre). La columna de aire caliente generado por los contenedor­es en llamas elevó al partido de Santiago Abascal hacia los cincuenta diputados y aún sigue subiendo después del debate del pasado lunes entre los principale­s candidatos. Las esperanzas del PSOE están ahora puestas en una mayor movilizaci­ón de los electores de aquí al domingo para equilibrar la balanza. Los 140 diputados soñados por Sánchez a finales de agosto, cuando decidió embocar la repetición de elecciones, se hallan lejos. La gobernació­n de España puede ser más complicada en la temporada otoño-invierno que en en ciclo primavera-verano que acabamos de dejar atrás sin investidur­a. Si algo puede salir mal, saldrá mal, dice la primera ley de Murphy.

Sánchez se disculpó por haber dado a entender, el día anterior, que los fiscales actúan a los órdenes del Gobierno. Gran escándalo. Todo el país sabe que hay discretos pasillos que comunican el poder Ejecutivo con la Fiscalía, pero esos pasadizos no suelen ser iluminados por tan explícitas declaracio­nes gubernamen­tales. Paradójica­mente, los socialista­s tienen en la actualidad más dificultad­es para cruzar esos corredores, que los populares, cuando estos estaban en el Gobierno. El presidente Sánchez apagó ayer las luces que se había dejado encendidas el miércoles en Radio Nacional.

Sánchez también rebajó el tono de sus palabras en el debate del lunes en lo que respecta a la entrega de Carles Puigdemont a la justicia española. En pocas palabras, el presidente del Gobierno venía a ofrecer la cabeza de Puigdemont a los electores enfurecido­s. Es posible que ese gesto no haya restado ningún voto a Vox y sí haya beneficiad­o a la lista independen­tista tutelada por Puigdemont. Los nervios estan a flor de piel en todo el país. La toxicidad es en estos momentos muy alta en el debate público. Muchos votantes se decidirán a última hora, como ya viene siendo habitual en los últimos tiempos. En un mitin celebrado anoche en Castellón, el candidato socialista volvió a pedir ayuda a los electores: “No demos por hecho que no puedan sumar las tres derechas. No demos por hecho nada”.

En el Partido Popular también hay nervios ante el ascenso de Vox, que puede frenar e incluso reducir la recuperaci­ón que estaban experiment­ando. En Ciudadanos hay pavor. El hombre del adoquín se halla ante un difícil trance. En consonanci­a con ese estado de ánimo, PP y Ciudadanos dieron apoyo ayer en la Asamblea de Madrid a una moción de Vox que insta a la ilegalizac­ión de las organizaci­ones independen­tistas que pongan en riesgo la unidad de España.

Todos quieren ser “partido de orden”, lo cual libera espacio para Unidas Podemos en el carril izquierdo. La formación que dirige Pablo Iglesias orienta los últimos días de campaña a la captación de los electores socialista­s desengañad­os con Sánchez.

Las encuestas que no se pueden publicar corren cómo la pólvora. “Estamos en un laberinto”.

Los socialista­s confían en una movilizaci­ón de última hora de electores indecisos

Unidas Podemos sale en busca del voto de los socialista­s defraudado­s

 ?? DOMENECH CASTELLÓ / EFE ?? Pedro Sánchez durante su intervenci­ón en el mitin socialista de ayer en Castellón
LLAMADA AL VOTO
LA ESTRATEGIA DE IGLESIAS
DOMENECH CASTELLÓ / EFE Pedro Sánchez durante su intervenci­ón en el mitin socialista de ayer en Castellón LLAMADA AL VOTO LA ESTRATEGIA DE IGLESIAS
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