La cumbre del clima de Madrid
La elección de Madrid para celebrar la conferencia número 25 de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP25), que en principio debía tener lugar en Santiago de Chile, supone una oportunidad para que las autoridades municipales de la capital de España, así como de la Comunidad de Madrid, tomen una mayor conciencia sobre la necesidad de luchar contra la contaminación y el calentamiento global.
Hasta el momento los gobiernos madrileños, tanto municipales como autonómicos, no se han caracterizado, precisamente, por la sensibilidad necesaria para tomar medidas efectivas para reducir las emisiones contaminantes con objeto de mejorar la calidad del aire ni por ninguna otra acción para defender el medio ambiente, como podría ser la reducción de residuos, entre otras. Tanto es así, que la ciudad de Madrid es una de las capitales más atrasadas de Europa Occidental en cuestión de eficiencia energética y, además, está denunciada por la Unión Europea, igual que Barcelona, por rebasar los límites máximos permitidos de contaminación del aire.
El intento de revertir la operación Madrid Central por parte del nuevo Ayuntamiento de Madrid (PP, Cs y Vox) está en el origen de la decisión de formalizar la citada denuncia, a pesar de que la comisaría europea de Medio Ambiente había declarado la insuficiencia de aquella operación para recuperar el nivel de contaminación aceptable. Las diversas declaraciones de los principales líderes políticos de la capital y de la Comunidad demuestran que la lucha contra la contaminación no forma parte de sus prioridades. Esto es algo que deberán cambiar a partir de ahora para superar la contradicción que supone que hayan aceptado la celebración de la conferencia sobre el clima.
Las ciudades que hasta ahora han acogido cumbres climáticas se han caracterizado, en buena parte, por intentar reflejar una imagen de compromiso en la lucha contra el cambio climático. En el caso de Madrid no es así. La ciudad tiene poco que mostrar al respecto. Incluso podría decirse que Madrid no parece la capital europea más idónea para la celebración de la citada cumbre climática. Pero ha conseguido serlo gracias a los esfuerzos del Gobierno de Pedro Sánchez por querer liderar la lucha contra el cambio climático. Ello, en principio, es positivo. El COP25 de Madrid, por tanto, no debería quedarse, a la vista de lo dicho, en la mera celebración de un congreso internacional por importante que sea para la imagen de España y de su Gobierno, tanto por su elevado número de participantes como por su proyección internacional. Hay que hacer todo lo posible para que, además, contribuya a dar el necesario impulso a la transición ecológica tanto en la capital de España como en el resto de las ciudades españolas, como Barcelona, y en la política medioambiental del nuevo gobierno que debe salir de las urnas el próximo domingo.
La capital de España no se
ha caracterizado hasta ahora por la lucha contra
el cambio climático