“No juzgue al progenitor biológico desde su vida estable”
MADRE DE URGENCIA
Su marido, militar de profesión, llegó a la que entonces era su casa en Almería, sorprendido por la historia de un compañero que los fines de semana acogía niños tutelados por la administración que estaban en régimen de residencia. A sus 29 años, a Loreto le llamó la atención que alguien ofreciera su tiempo, su espacio, su vida a menores que no contaban con una red familiar estable o, sencillamente, carecían de ella. A su marido, también. Y decidieron informarse, pero no en Almería de donde les trasladaron.
En Badajoz, su nuevo destino, esta joven pareja acudió a la Cruz Roja para ofrecerse como familia acogedora. Allí les hablaron de una modalidad de acogida desconocida para muchos, la de urgencia. Un tipo de acogimiento que se caracteriza precisamente por eso, por hacerse cargo de un niño de entre 0 y 6 años de una manera rápida durante un tiempo máximo de seis meses. Durante ese periodo, los servicios de acogida municipales y autonómicos buscan una solución para el niño. Es la manera de que esos pequeños no ingresen en un centro residencial.
Loreto no lo dudó y en poco tiempo llegó Rocío, una bebé de 11 meses “espabilada como ella sola, fuerte y valiente. ¡Y eso que no lo tenía fácil!”, señala esta joven madrileña que cada vez que puede pide respeto para los padres biológicos: “En el caso de Rocío hay problemas de discapacidad que les impiden hacerse cargo de ella. Nadie quiere separarse de sus hijos, eso lo he visto durante este tiempo, cuando acudíamos a los puntos de encuentro para que la viera su familia. Pero es que desde nuestra vida cómoda, segura, con redes sociales fuertes y estables, es muy fácil juzgar a los demás”.
Rocío se marchó al poco