Ya se puede dar un ZASCA*
Ya se puede dar un zasca, efectivamente. Así lo han aprobado las 22 academias de la lengua española que forman la Asale, en su XVI congreso que celebran en Sevilla. Y junto a esta palabra, 1.100 voces han sido incorporadas (229), ampliadas o modificadas en esta asamblea que se clausura hoy con una sesión plenaria presidida por los Reyes.
Las academias han puesto el acento panhispánico en estas enmiendas a la vigésima tercera edición del Diccionario de la lengua española (DLE), como detallaron en rueda de prensa el director de la RAE y presidente de la Asociación de Academias de la Lengua Española, Santiago Muñoz Machado; la académica de la RAE y directora del diccionario, Paz Battaner; y la directora de la Academia Guatemalteca de la Lengua Española, Raquel Montenegro. Ello significa que España ya no es el centro de la lengua, sino uno más de los 22 estados en que se habla español. Por ello, algunas incorporaciones también llevan la marca Esp. ,enel sentido de que sólo se usan en el “español peninsular”, denominación que se opone a la de “español americano” para situar las dos principales áreas geográficas de la lengua de Isabel Allende. Es el caso de bordería (hecho o dicho propio de una persona borde), casoplón, localización (escenario de un rodaje fuera de un estudio), pastelón (excesivamente romántico o ñoño), sieso o zasca.
En Argentina, Paraguay y Uruguay, un aguantadero es el “lugar donde se esconde o refugia un delincuente”. En Cuba, un almendrón es un “automóvil fabricado antes de los años sesenta, generalmente estadounidense, de uso muy común en Cuba”. Y, en general, en el español americano se usa aplicación y el verbo aplicar con el sentido de “presentar una solicitud oficial para algo, como un puesto de trabajo, una beca o una plaza en la universidad”. Es un anglicismo hispanizado y asentado en América.
Otras dos novedades curiosas son amá y apá, las formas que se emplean en el País Vasco para referirse coloquialmente a la madre y al padre. El caso de amá es de uso extendido en Guatemala, Honduras, México y Venezuela. Y apá, además, en Chile, Colombia, Costa Rica y Estados Unidos.
Paz Battaner ilustró la entrada de algunas palabras en cursiva, las que los académicos llaman “extranjerismos crudos”, porque su grafía está extendida en la lengua general y así han entrado en el diccionario: “Hoy la gente viaja mucho”, refirió la directora del diccionario. Es el caso de bebop (también be-bop y be bop), brioche, penthouse y router (al lado de la hispanización rúter). La cursiva del diccionario indica que esas palabras no se pronuncian según la ortografía del español.
En cambio, el catalanismo casteller no ha necesitado cursiva porque su grafía se corresponde con la pronunciación que se le da en español. Al respecto, un periodista preguntó si la inclusión de este lema era un guiño a los catalanes, a lo que Battaner respondió: “No es el caso. En el diccionario hay muchas palabras que provienen del catalán desde la edad media. Pero es verdad que tenemos que hacer muchos guiños a los catalanes”.
Así como la crep (del francés crêpe) ya tiene su hispanización, en Colombia, Costa Rica, Ecuador, El Salvador, Guatemala, México, Nicaragua y Puerto Rico no la necesitan porque en estos países se usa crepa, otro de los nuevos lemas del
* ZASCA: