Entre el amor y el caos
El ‘indie’ Dan Sallitt desafía la tendencia al final feliz en ‘Fourteen’, la historia de una amistad difícil entre dos chicas
La película que Dan Sallitt trae hoy a las carteleras españolas puede considerarse una pequeña y hermosa joya del cine independiente de Estados Unidos. Pero no es una película bonita en el sentido convencional. Porque en Fourteen el “desorden natural” de las cosas se acaba imponiendo al comprensible pero artificial deseo de final feliz en las historias de amistad y amor en el mundo de la ficción. Puede que ahí resida la belleza de esta obra. Para su realizador, en todo caso, el desafío a las convenciones poco realista forma parte de su naturaleza, nos dice.
Las protagonistas de Fourteen son dos amigas neoyorkinas, Mara y Jo, que se conocen desde los 14 años y, ahora que son ya mayores, afrontan diferentes problemas de precariedad en el trabajo y las relaciones de pareja. Mara, que es madre soltera y maestra, está siempre a disposición de la inestable Jo, educadora social con acusadas tendencias autodestructivas.
La relación entre las dos se tensa y en varias ocasiones parece rota o a punto de romperse. Mara admira a Jo, la adora y le perdona sus desplantes una y otra vez desde pequeña, pero cada vez es menos lo que puede hacer frente a su deterioro psíquico, a su incapacidad para ordenar su vida y ser feliz.
La narración sigue una pauta cronológica bajo el hilo conductor de esa deriva de Jo hacia el precipicio, vista desde la perspectiva de vista de Mara. Pero por lo demás el relato es como una acumulación de experiencia aleatorias; un relato contado sin prisas y bajo la quietud de una cámara que raramente se mueve o cambia de ángulo y que a veces se detiene en un plano mucho más tiempo del necesario para que entendamos lo que ocurre.
Pero nada de todo ello es casual. En su charla con La Vanguardia al presentar el filme, Sallitt deja clara su rebeldía contra la “tendencia a ordenar, suavizar y dotar de significado” las historias en el cine. Él “necesita” que las suyas sean de ficción, y defiende el “romanticismo subyacente” en esta última, pero no está dispuesto a “traicionar la lógica del desorden” de la vida. Y menos a contravenir las consecuencias inevitables de lo que llama “la semilla de la infelicidad”, como tampoco las de la felicidad, que también la hay en Fourteen.
Las actuaciones de Tallie Medel en el papel de Mara y de Norma Kuhling en el de Jo son uno de los puntos fuertes menos discutibles del filme. Medel había protagonizado la cinta anterior de Sallitt, The Unspeakable Act , y su elección para Fourteen era irrenunciable para él. Lo cual se comprende al verla en acción.
Así, y de nuevo con François Cluzet y Marion Cotillard al frente mientras él se queda detrás de la cámara, Canet se quita una espina: “Al escribir el guión del filme anterior los personajes me parecían superficiales. Ahora aprovecho para cambiar el registro y subrayar lo importante que es decirse las cosas entre amigos”, señala.
No es que Canet tuviera previsto de antemano continuar la historia de Max (Cluzet) y sus amigos tras aquella primera cinta del 2010. “De hecho, al principio no quería hacer una segunda parte por mucho que algunos colegas me insistieran”, señala. Pero un buen día de hace unos tres años, él mismo volvió a ver a los actores de la primera cinta y cambió de opinión. “Me dije: ¿Por qué no hacer esa secuela?”. Sin embargo, Canet no hallaba un tema potente que justificara la continuación. “Hasta que poco después tuve una bronca enorme con un amigo”, recuerda. mismo que enfermas de tristeza o de ira, la alegría y la amistad pueden curarte”, aduce.
Canet asegura que la película “ha liberado algo” que guardaba dentro y le ha dado “coraje para expresar algunas cosas” en la vida real. También le ha servido, confiesa, para asumir su particular vivencia de “la crisis de los cuarenta” (tiene 46), crisis que hasta ahora venía negando. Guerra a la frivolidad. Bienvenida la verdad de la vida, proclama.
Las actuaciones de Medel y Kuhling en los papeles principales son el punto fuerte menos discutible de la película