¡A escena, apuntadora!
Tiago Rodrigues, uno de los grandes directores europeos, lleva a Temporada Alta ‘Sopro’, un canto de amor al teatro y a los que no se ven
Tiago Rodrigues se convirtió en director del Teatro Nacional Maria II de Lisboa en el 2015. Y aquel antiguo teatro... aún tenía apuntadores. Entre ellos, Cristina Vidal, que llevaba trabajando allí desde 1978. Descubrió que no eran fósiles, como había pensado. Y paralelamente también descubrió, confiesa, que hasta entonces prácticamente había sido un neoliberal del teatro: tenía su pequeña compañía e iba por el mundo con dos personas y la furgoneta, velozmente, con flexibilidad horaria y de días extrema a la hora de trabajar y haciendo literalmente de todo. Lo que pide el capitalismo de hoy, resume. De hecho, explica, entrar en el Maria II le permitió cambiar de opinión sobre esos viejos oficios teatrales artesanales que veía inútiles y que en estos años al frente de la institución ha impulsado con ganas: le parece que lo lógico es poderse tomar el tiempo adecuado para crear y hacer las cosas con los profesionales que saben de cada área.
Pero además Rodrigues (Lisboa, 1977), uno de los grandes directores de la escena europea de la actualidad, no deja escapar una historia, y cuando vio a Cristina Vidal, que apuntaba texto hacía cuatro décadas en todo tipo de montajes tapando los olvidos de los actores, le dijo que quería subirla a un escenario. Inicialmente ella no lo veía claro, pero cuando a Rodrigues le dieron carta blanca en el Festival de Aviñón, el más importante de Europa, para crear la obra que quisiera, él le dijo que era el momento, que si salía mal y se hundían, por lo menos lo harían “gloriosamente”. Vidal aceptó. Y el éxito en Aviñón fue clamoroso. La obra, titulada Sopro –soplo– está recorriendo todo el mundo, a Rodrigues le han entregado uno de los premios Europa de teatro y esta noche y mañana aterriza en el festival Temporada Alta, en El Canal de Salt.
Justamente a pocos metros de El Canal, en el Teatre de Salt, mañana se estará representando, también dentro del festival, Trahisons , un texto de Harold Pinter a cargo de la compañía belga Tg STAN, un conjunto de actores que trabajan sin directores (STAN es el acrónimo de Stop Thinking About Names) con los que Rodrigues se formó hace veinte años cuando era sobre todo intérprete. De ahí viene en parte la libertad que le caracteriza y el poner en el centro del proceso de creación a los actores. Pero Rodrigues