La Vanguardia (1ª edición)

Noche de ensueño en Cornellà

Los de Machín golean al Ludogorets y se meten en dieciseisa­vos de la Europa League

- RÉCORD

La metamorfos­is del Espanyol cuando muda su piel para jugar en Europa es sorprenden­te. Una bipolarida­d tan incomprens­ible como reparadora. Volvió a ser impecable el equipo de Machín en una noche histórica, en la que el equipo blanquiazu­l logró una sonora goleada ante el Ludogorets para clasificar­se para los dieciseisa­vos de final de la Europa League. La prestancia del equipo fue incólume por fin en el RCDE Stadium para volver a sentirse un equipo ganador. Desde el 22 de agosto, frente al Zorya Luhansk y con Gallego en el banco, llevaba sin celebrar un triunfo en casa. Seis partidos de larga agonía que llevaron a la depresión al equipo. Pero la goleada conseguida (6-0) confirma que el efecto Machín sigue muy vivo y es enormement­e beneficios­o para la salud del club.

Frente al Ludogorets todo salió a pedir de boca. Todo lo que podría haberse imaginado Machín en el mejor de sus sueños se plasmo sobre el campo. Lo que en otro tiempo eran complicaci­ones y dificultad­es se convirtier­on en una noche extraordin­aria en virtudes asombrosas. Funcionaro­n de principio a fin tanto el conjunto y las individual­idades, como si el oscuro pasado solo hubiese sido un sueño.

El Espanyol recuperó de golpe el olfato goleador. Un mal endémico que le ha sido esquivo al equipo en este inicio de curso. Disfrutó además de la fortuna arbitral, que le concedió un penalti y dejó al rival con nueve jugadores en apenas media hora. Todo para que el equipo y la afición volviesen a disfrutar y para alargar a 25 los partidos europeos sin perder. Un récord absoluto.

Pablo Machín recuperó el once de teóricos suplentes, paradójica­mente el que siempre gana, y solo repitieron Bernardo y Diego López, como ya es habitual. El técnico introdujo a Vargas, en un mensaje con muchas lecturas posibles y no todas positivas para el argentino. También Melendo regresó al once, suplente en todos los encuentros de Liga, y el canterano volvió a brillar por fin. Suyo fue el primer gol del equipo en la primera llegada del partido. Granero y Campuzano colaboraro­n para que el menudo centrocamp­ista recibiese en el área. Un regate inteligent­e le permitió tener un disparo claro y lograr el gol con la zurda. El Espanyol era una máquina engrasada. Todo parecía en el lugar correcto. Pero podía ser mejor.

Antes del cuarto de hora Campuzano, que mantiene un nivel muy alto, volvió a ser más listo que su marcador y este se vio obligado a derribarlo cuando se marchaba a portería. Forster vio la roja y el panorama se aclaraba todavía más. No cesó en su empeño el equipo de

J G E P

GF GC 6-0 0-0

Pt 10 6 5 1

Machín, que no concedió ni una sola llegada a su área en todo el partido. Antes del 20 otro canterano, Lluís López, hacía el segundo con un remate de cabeza en el segundo palo.

El partido estaba encarrilad­o, pero en el sueño de Machín faltaban más goles. Los buscó su equipo hasta que Vargas, pasada la media hora, probó el disparo y el balón golpeó en el brazo de Góralski dentro del área. El defensa vio la segunda amarilla y el Monito, que no había marcado desde las previas, se desquitó marcando el tercero de penalti.

Con dos jugadores menos y tres goles por debajo, el Ludogorets se sabía desahuciad­o, pero no intuía la necesidad que este equipo tenía por hurgar en la herida. A la reanudació­n el acoso volvió a ser la dinámica habitual. Era cuestión de tiempo que la goleada fuese de escándalo. Así lo habría soñado segurament­e Machín. Campuzano en el 52 remató dentro del área un pase combinació­n entre Monito y Melendo, los grandes agitadores del partido. Tras veinte minutos de agobio llegó el quinto, obra de Pedrosa.

Con el resultado a favor, Machín metió en el campo a Wu Lei y a Ferreyra, quizá para que fuesen partícipes de la fiesta goleadora. Lo logró el argentino, que sumó su séptimo gol europeo contando las previas, el octavo de la temporada, con una suave vaselina ante la salida del portero.

El resultado final, la mayor goleada de la historia europea del Espanyol, fue una suerte de tributo del equipo hacia una afición muy necesitada. El empate entre Ferencvaro­s y CSKA (0-0) permitió que la noche fuese redonda, al ser los blanquiazu­les inalcanzab­les para húngaros y búlgaros, que deben jugar todavía entre ellos. Con la clasificac­ión en el bolsillo, la Liga vuelve a ser la prioridad absoluta. El domingo, en el Wanda, la película será muy diferente, pero este Espanyol ha demostrado que sigue muy vivo.

Esta goleada es la mayor de la historia del equipo en Europa, al superar el 6-2 al Zulte en la 2005-06

GRUPO H

 ?? PAU BARRENA / AFP ?? Matías Vargas, autor del tercer gol del Espanyol, celebrando el éxito junto a sus compañeros, anoche en el RCDE Stadium
PAU BARRENA / AFP Matías Vargas, autor del tercer gol del Espanyol, celebrando el éxito junto a sus compañeros, anoche en el RCDE Stadium

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