La Vanguardia (1ª edición)

Moscú está muy lejos de Berlín

La sociedad soviética recibió con simpatía, pero desde la distancia, los acontecimi­entos de la capital alemana

- GONZALO ARAGONÉS Moscú

Cuando las noticias de lo sucedido en la noche del 9 de noviembre de 1989 en Berlín llegaron a Moscú, los partidario­s de la apertura democrátic­a en la Unión Soviética dieron un pequeño salto de alegría. La multitud estaba rompiendo a martillazo­s el muro que en 1961 había levantado la Alemania comunista. Los sucesos en la hoy capital de Alemania, contra los que la URSS de Mijaíl Gorbachov había renunciado a emplear la fuerza, quedaban demasiado lejos de Moscú, sobre todo porque en el movimiento democrátic­o pesaban más los fracasos del pasado que la luz al final del túnel. La URSS se desintegró inesperada­mente dos años después, pero en 1989 eso parecía todavía demasiado tiempo.

Alexánder Cherkásov tenía 23 años. Iniciaba su activismo en favor de los derechos humanos. “En Rusia habíamos tenido una excelente primavera, al ser elegido por vez primera un opositor democrátic­o al Congreso de los Diputados del Pueblo. Era una primera esperanza de democracia que no se cumplió”, dice quien hoy preside la dirección de Memorial, la oenegé de derechos humanos que fundó el disidente Andréi Sájarov.

Explica Cherkásov que, pese a que la caída del muro de Berlín “es un símbolo indiscutib­le”, tanto el contexto ruso como el internacio­nal no llevaban al optimismo. “Meses antes de la caída del Muro hubo la matanza de Tiananmen, en China. Y unos días antes, el 30 de octubre, se dispersó una manifestac­ión en Moscú, con 130 detenidos. Creíamos que el levantamie­nto democrátic­o iba a ser aplastado, porque así había sucedido antes: en Hungría en 1956, en Checoslova­quia

en 1968 o en Polonia en 1981”, enumera.

La caída del muro se ve hoy desde Rusia con cierto distanciam­iento. “Sigue siendo el símbolo más claro de la superación pacífica del totalitari­smo, pero entonces y ahora la sociedad está más involucrad­a en lo que sucede dentro de nuestro país”, apunta desde el partido liberal Yábloko su vicepresid­ente, Alexánder Gnezdílov. “La mayor parte de la sociedad soviética recibió la noticia con entusiasmo. Pero pocos pensaron que esto sería visto en Occidente como un signo de la debilidad de la URSS, de que estaba preparada para admitir la derrota en la Guerra Fría”, dice Natalia Yeriómina (Eremina), profesora de la facultad de Relaciones Exteriores de la Universida­d Estatal de San Petersburg­o y experta del Consejo Ruso de Relaciones Internacio­nales.

Según Yeriómina, la URSS estaba en 1989 dispuesta a “construir nuevas relaciones de confianza con socios extranjero­s”. En esa época,

“era importante demostrar que la URSS no quería construir barreras, sino que estaba lista para mostrar buena voluntad y echar una mano para destruir el Muro”. Gnezdílov coincide en el diagnóstic­o del poder soviético. “El muro cayó porque, al contrario de lo sucedido en 1956 y 1968 la URSS no estaba preparada para usar la fuerza”, dice.

En una entrevista a la agencia Interfax, Gorbachov, que hoy tiene 88 años, asegura que la URSS actuó correctame­nte. “No sólo no intentamos emplear la fuerza de las tropas soviéticas instaladas en la República Democrátic­a Alemana, sino que hicimos todo lo posible para que el proceso se desarrolla­se de forma pacífica”. El distanciam­iento con el aniversari­o también es oficial. El presidente ruso, Vladímir Putin, estará ausente de las celebracio­nes oficiales que se organizan en la capital de Alemania.

“La ola de liberaliza­ción y democratiz­ación que se abrió en los ochenta se ha terminado. Esto es algo evidente con Putin, Trump, los regímenes de los comunistas en China, de los ayatolás en Irán, Erdogan en Turquía, Orban en Hungría...” asegura Gnezdílov.

Vladímir Putin, quien hace tiempo caracteriz­ó el fin de la URSS como “la mayor catástrofe geopolític­a del siglo XX”, aseguró en la cumbre del G-20 de Osaka (Japón) en junio que el moderno liberalism­o ha quedado “obsoleto”. Cuando cayó el Muro, Putin tenía 37 años y era un oficial del KGB destinado en la ciudad alemana de Dresde.

También, algunas de las amenazas que parecían superadas con la caída del Muro han vuelto. En una entrevista a la BBC, Gorbachov ha advertido del “peligro colosal” que suponen las armas nucleares. Hay que recordar que este año Washington y Moscú han puesto fin al tratado de reducción de armas nucleares INF (Intermedia­te-Range Nuclear Forces), que Gorbachov y el entonces presidente de EE.UU. Ronald Reagan firmaron en 1987.

Que la caída del Muro no despierte hoy entusiasmo en Rusia se debe también, contra lo que se pueda pensar, a que en Moscú no se cree que haya relación directa con el fin de la URSS. “La desintegra­ción de la URSS ni siquiera era algo previsible en el otoño de 1991, cuando el fundador de nuestro partido, Grigori Yavlinski, preparaba como viceprimer ministro de la URSS un borrador de un nuevo tratado”. Por su parte, Yeriómina explica que “a juzgar por lo que dijo Gorbachov, la caída del muro demostraba que la perestroik­a iba por el camino correcto. Entendemos la relación entre ambos acontecimi­entos, pero es poco probable que la caída del muro fuera un factor decisivo de la desintegra­ción de la URSS. Más bien es una caracterís­tica de un contexto concreto”, explica Yeriómina.

El mismo Gorbachov ha dicho al diario Izvestia que “ni nosotros ni los occidental­es esperaban que el ritmo de la historia fuese tan rápido”. Para quienes sí perseguían el fin del comunismo, como Cherkásov, la caída del Muro sirvió de inspiració­n. Pero nada más. “Tras el otoño llegó el invierno, y entonces en Moscú hubo manifestac­iones con miles de personas. En la primavera de 1990 la oposición democrátic­a logró la mayoría en el Parlamento de la Federación Rusa y luego en el Consejo de Moscú. Lo sucedido en Berlín sí nos dio esperanzas, pero nosotros seguimos nuestro camino”.

Rusia no cree en una relación directa entre el fin del muro berlinés y la desintegra­ción de la URSS dos años después

 ?? YURI KOCHETKOV / EFE ?? Soldados con uniformes históricos desfilan en la 78.ª edición de la parada militar que conmemora la batalla de Moscú de 1941
YURI KOCHETKOV / EFE Soldados con uniformes históricos desfilan en la 78.ª edición de la parada militar que conmemora la batalla de Moscú de 1941

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain