Ciudadanos se conjura para lograr una remontada en las urnas
10-N Rivera cierra la campaña en Barcelona con una llamada a la movilización
Las sensaciones que transmite una caravana electoral suelen ser mejores indicadores de lo que sucederá en las urnas que ese aluvión de sondeos/apuestas demoscópicas que llenan espacios mediáticos. Y si en los estertores de la campaña del 28-A Ciudadanos rezumaba optimismo, alegría , ilusión, con ese “no es no” a Sánchez, en esta ocasión se ha palpado el miedo ante el abismo. Apenas mitigado por la (sobre)escenificación obligada en toda clausura de campaña y la esperanza de la cúpula naranja de dar la sorpresa dominical.
Lo cierto, empero, es que la posibilidad del batacazo electoral es real en un partido que tiene 57 diputados, lo que ha empujado a Cs a centrar su campaña electoral exclusivamente a activar al 2% del electorado naranja que ahora mismo duda entre si quedarse en casa el domingo o ir a votar. De conseguir su voto depende que Cs pueda estar en torno a los 30 diputados al cierre de las urnas.Un resultado que sería interpretado como el mal menor después de haber conseguido 57 diputados en la anterior contienda electoral.
El acto de cierre en campaña en el Palau de Congressos de Catalunya –escenario esta semana de la entrega de los premios Princesa de Girona– estuvo diseñado en ese sentido: con un llamamiento a la movilización y con mensajes reafirmando la posibilidad de una “remontada” salpicada de esa épica deportiva que tanto gusta a Albert Rivera.
Ante varios miles de personas con el símbolo ya histórico de Cs del corazón con la bandera de España, Catalunya y Europa –y una banda sonora de grandes éxitos ochentero–, Rivera hizo un rápido repaso por la historia de Cs,
desde sus orígenes en Catalunya en el 2005, para evidenciar que ha sido un proyecto que ha superado malos pronósticos, a agoreros de todo tipo, cenizos varios... Una suerte de conjuro colectivo contra un destino fatal el 10-N.
“Huele a remontada, porque nacimos como los salmones, recandidata Inés Arrimadas, conscientes los liberales de que deben al menos resistir en Catalunya, cuyo simbolismo y sustento es imprescindible para un partido fundado en el 2006 para combatir el nacionalismo catalán.
Arrimadas, reforzada internamente tras su buena actuación en el debate de mujeres portavoces en el Congreso, recordó que en Barcelona se sembró la semilla del “constitucionalismo moderno” que está protagonizando las reformas en España. “Hemos demostrado que el centro político no era una quimera”, señaló la candidata por Barcelona.