Las excavaciones desvelan un gran polo comercial
que podría ser del siglo XII que conduce hasta el Rec Comtal. Parte de esta conducción de agua que abastecía a Barcelona atraviesa el complejo, si bien en este punto era un verdadero vertedero. De hecho las cañerías de la casa Santmartí desguazaban en él.
Fernández muestra el trozo de dos pipas diferentes encontradas en la casa: una holandesa, otra catalana. “Se fumaba mucho”, apunta Miró, quien destaca también la presencia de rica cerámica italiana en todo el complejo, algo que no pasa en otras ciudades. En Barcelona abundaba. “Se encuentra incluso en las casas de los pescadores”, añade el responsable de las excavaciones del Born. “Es un complejo único de la edad moderna y del mundo se lo quedaba”, explica Fernández.
“Cuando pensamos en el Born no lo hacemos sólo como un lugar meramente expositivo, sino como un yacimiento, como un espacio de investigación para la difusión y pedagogía de la historia urbana”, manifiesta el concejal de Memòria Democràtica, Jordi Rabassa. “En un yacimiento, como espacio de investigación, es imprescindible que trabajen los profesionales, los arqueólogos y que lo aprovechen tanto como pueda”, añade el edil.
El equipo comandado por Toni Fernández estará excavando hasta el mes de enero. Cuando se acaben los trabajos se tendrá que reponer el pavimento que se ha quitado y dejarlo en el mismo punto que estaba. ¿Y después? Por ahora no hay noticia de que vaya a haber un equipo de manera fija o un laboratorio propio, como si pasa en otros complejos arqueológicos, muchos, de menor valor que el que ya está considerado como la nueva Pompeya... de Barcelona.