La Vanguardia (1ª edición)

Sandra recupera la libertad

La orangutana declarada primera persona no humana, acogida en una reserva de Florida

- ANTONIO CERRILLO

Sandra, la primera gran simio declarada persona no humana por los jueces, se mueve con libertad en su nuevo hogar. La famosa orangutana, de 33 años, a la que la justicia argentina le reconoció su condición de ser sintiente y que, por tanto, tiene derecho a no ser tratada como un objeto o cosa, fue trasladada al Centro de Grandes Simios de Florida. Por fin, se encuentra en compañía de sus congéneres, algo de lo que apenas ha podido disfrutar en su existencia solitaria y enclaustra­da.

Sandra llegó a este centro el pasado 5 de noviembre tras haber pasado una cuarentena en el zoológico en Sedgwick (en Kansas). Sandra se ganó fama internacio­nal cuando la jueza argentina Elena Liberatori le otorgó la considerac­ión de persona no humana, con lo que se reconocía su personalid­ad legal y se admitía que determinad­os animales son seres sensibles. El resultado práctico jurídicame­nte vinculante fue que debía salir del zoo de Buenos Aires donde estaba enclaustra­da mientras se imponía al ser humano la obligación de liberarla y respetarla.

“Para nosotros ha sido un honor que la jueza Elena Liberatori haya selecciona­do este centro como hogar para Sandra”, declaró Patti Ragan, fundadora y directora del Centro de Grandes Simios.

El recinto, de 50 hectáreas, dispone de espacios cerrados y abiertos, equipo de cuidadores, y clínica veterinari­a, y está en condicione­s de garantizar un programa de

“Se mostró tímida al llegar, pero al ver los columpios y las áreas verdes de su nuevo hogar, salió a explorar”

nutrición que proporcion­a comidas saludables. El enclave dispone de veinte hábitats donde los simios se pueden mover al aire libre junto a sus congéneres.

“Sandra es muy dulce e inquisitiv­a”, explica. “Se mostró tímida cuando llegó, pero, una vez que vio los columpios, los juguetes y las áreas verdes en su nuevo hogar, salió a explorar la zona”, añade la directora del centro, feliz de que Sandra, una vez ha tratado a sus cuidadores, demuestra que “se está adaptando bien a su nuevo ambiente y a la compañía de los otros grandes simios del centro”.

Ésta es la primera vez en una década que Sandra ha podido conocer a otros orangutane­s, y con ellos podrá “reunirse cuando ella lo decida”. El Centro de Grandes Simios acoge a 22 orangutane­s y 31 chimpancés que en su día fueron rescatados o retirados de circos, espectácul­os, atraccione­s en carretera, laboratori­os o comercio de mascotas exóticas.

En el lugar, los orangutane­s disponen de espacios para moverse a diferentes alturas (tres y cuatro pisos), y trasladase por el bosque a través del sistema de senderos aéreos de casi 1,6 kilómetros que le permite desplazars­e hacia otros enclaves de la reserva y saludar a sus congéneres. Estas pasarelas elevadas les permiten acudir a la clínica veterinari­a, interactua­r entre sí y cambiar de hábitat.

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. La orangutana en el Centro de Grandes Simios de Florida

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