La Vanguardia (1ª edición)

La lección griega contra los ultras

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Fyssas era demasiado conocido. Su asesinato provocó protestas masivas y llevó a la justicia a presentar cargos.

“Es la primera vez en Europa desde la Segunda Guerra Mundial que un partido parlamenta­rio es juzgado como organizaci­ón criminal”, destaca el abogado Kostas Skarmeas, que representa a los pescadores egipcios atacados en su casa por una treintena de neonazis armados con barras de hierro. Sólo cinco están en el banquillo. “Hemos visto una cantidad apabullant­e de pruebas de que la cúpula del partido ordenaba los ataques. Y lo más importante, que lo que motivaba estos ataques era la ideología fascista”.

La ofensiva judicial ha sido determinan­te para acabar con Aurora Dorada, dice Anastasia Kafe, investigad­ora de la Universida­d Panteion. “No sólo mucha gente vio que era un grupo violento y dejó de votarlos, sirvió para que la propia Aurora Dorada cesara sus ataques a inmigrante­s”. El partido comenzó a resquebraj­arse internamen­te: “Muchos miembros se fueron, tenían miedo de acabar entre rejas”, añade la investigad­ora. También fue clave la decisión del Parlamento de cortar la financiaci­ón pública, dejando sus arcas sin 873.000 euros. Se acabaron las sopas gratis.

Y la respuesta en la calle: los neonazis encontraro­n en el movimiento antifascis­ta un “fuerte oponente”, afirma Kafe. “Después de la muerte de Fyssas, los antifascis­tas empezaron a salir a la calle a enfrentars­e con ellos cada vez que Aurora Dorada montaba algo”.

Según Skarmeas, la clave del éxito es la combinació­n de varios frentes, como el judicial, la calle o el veto de ayuntamien­tos a sus mítines. Más escéptico es sobre el papel de los medios. Denuncia que al principio dieron voz a los neonazis y que sólo se decidieron a vetarlos “cuando se les enjuició y vieron que la gente estaba muy enfadada”.

“La derrota de Aurora Dorada ha llegado tarde, porque ha habido heridos y muertos –lamenta el abogado–. Si hay una lección que aprender de Grecia es que no hay que retrasarlo, el Estado y la ley deben actuar en cuanto aparece la violencia. La izquierda y los defensores de la democracia en general deben estar alerta, salir a la calle y movilizars­e para presionar al Estado para que proteja la democracia”.

“Jugar con un monstruo es peligroso. Al final te acaba comiendo”, opina Lefteris Papayanaki­s, exvicealca­lde de Atenas para los refugiados. “La crisis no es una excusa. No habrían progresado tanto sin el apoyo de la policía y la tolerancia de gran parte de la población y el sistema político –añade–. La sociedad griega es muy inmadura y vulnerable al populismo”.

Papayanaki­s, miembro de un observator­io que ha seguido el juicio, cree que es prematuro dar por muerta a Aurora Dorada y recuerda que aún tienen presencia en consejos municipale­s y regionales. Y si hay un veredicto exculpator­io, advierte, podría darse el caso de que el Estado se viera obligado a compensar al partido con millones de euros por los fondos retirados.

Pero, sobre todo, y en eso están de acuerdo todos los consultado­s, el elemento más peligroso es la tensión creciente en Grecia por la llegada de inmigrante­s y refugiados. La sobrecarga en las islas ha obligado a una redistribu­ción de migrantes en la parte continenta­l, y en varias ciudades ha habido protestas xenófobas frente a los campos de realojamie­nto. “Hay una atmósfera muy tóxica que puede permitir un resurgir de Aurora Dorada”, advierte Papayanaki­s.

Aunque sea con otro nombre. Hay rumores de que la hija de Mijaloiako­s fundará un nuevo partido, como el exdirigent­e Yanis Lagos. Y eso sin contar a Solución Griega, que entró en el Parlamento en julio. Liderado por un exdiputado ultraderec­hista y estrella de la televisión, promete “deportar a todos los inmigrante­s a islas desiertas”. “No tiene el elemento de violencia, pero su narrativa respecto a la inmigració­n es la misma”, denuncia Papayanaki­s.

También Skarmeas considera que la batalla está lejos de ser ganada. “En Grecia, como en España o el resto de Europa, el fascismo no se concentra en un solo partido. Más allá de Aurora Dorada, de Vox o de AfD, es una ideología que se extiende en nuestra sociedad y que tiene en su punto de mira a los inmigrante­s, a los musulmanes, a los judíos, a los izquierdis­tas, a las sociedades multicultu­rales”.

Hay 69 acusados,

18 de ellos exdiputado­s, acusados de ordenar palizas y asesinatos

No habrían progresado tanto sin el apoyo de la policía y la tolerancia de muchos

Aurora Dorada es más que un partido de extrema derecha: son neonazis

La tensión es tan alta con los refugiados que el partido podría resurgir

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CACERÍAS DE INMIGRANTE­S
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NURPHOTO / GETTY Mitin de Aurora Dorada hace dos años en Atenas CACERÍAS DE INMIGRANTE­S SIGUE LA ALERTA

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