El pasado aún atrap
La francesa Valentine Monnier acusa al cineasta de habe
Francia, uno de los países más tolerantes con las conductas sexuales de sus personajes públicos, se escandalizó ayer al salir a la luz otro supuesto caso de violación protagonizado por Roman Polanski, un cineasta venerado por su talento y a quien, hasta ahora, se le han perdonado sus pecados.
El diario Le Parisien dedicó su portada y tres páginas interiores a la increíble historia dada a conocer por Valentine Monnier, fotógrafa, exactriz y exmodelo, quien acusa a Polanski de haberla violado en 1975, en su chalet de Gstaad (Suiza), cuando ella tenía 18 años. La noticia fue destacada en los informativos de radio y televisión, así como en las ediciones digitales de la prensa.
El pasado vuelve a exigir cuentas a Polanski, de 86 años, a pocos días del estreno en Francia de su última película, J’accuse, una superproducción histórica basada en el célebre caso de Alfred Dreyfus (el militar judío francés injustamente condenado), un episodio que se convirtió en ejemplo universal sobre los prejuicios antisemitas.
Fue precisamente la inminente salida del filme lo que impulsó a Monnier a romper su silencio. La fotógrafa se indignó de que Polanski se presentara también, él mismo,
El escándalo estalla en vísperas del estreno del último filme del realizador, ‘J’accuse’, sobre el caso Dreyfus
como víctima de una persecución injusta por parte de los tribunales y de la prensa. El realizador no ha pisado Estados Unidos, desde 1977, para no acabar en la cárcel por la presunta violación de una niña de 13 años, Samantha Geimer, en Los Ángeles.
Los hechos que ahora denuncia Monnier sucedieron en 1975. Ella había terminado el bachillerato y fue invitada por una amiga a pasar unos días de esquí en Suiza, alojándose en el chalet de Polanski, que ya era célebre por sus películas y por el brutal asesinato, unos años antes, de su entonces esposa, Sharon Tate, a manos de la banda de Charles Manson, en la mansión californiana del director.
“Yo no tenía ningún vínculo con él, ni personal ni profesional”, cuenta Monnier a Le Parisien. Según su relato, un ayudante de Polanski ya le alertó, enigmáticamente, para que andara con cuidado porque “a Roman le recuerdas a al