EL BARÇA EN 3D
Messi, único antídoto
Con tan sólo tres días de trabajo, Òscar Garcia diseñó un plan de presión casi perfecto. Partiendo del 5-3-2 con el que saltó al campo, emparejó a los dos puntas con los dos centrales blaugrana, a los medios con sus homólogos y a Hugo Mallo y Juncà tapando el pase a los laterales. Y fue superefectivo en el inicio. El cuadro gallego alcanzó el 50% de posesión. Hasta que apareció Messi. Detectó lo que estaba pasando y bajó su posición para empezar a recibir de espaldas y permitir al Barça salir de su campo. En el minuto 10, Messi era el futbolista del campo que menos balones había tocado (sólo 2), y acabó el primer tiempo con 42, el segundo que más.
El balón parado
Para lo bueno y para lo malo no hay que olvidar que fue un partido muy marcado por el acierto en la estrategia. El Barça salió de los apuros con un penalti, en primera instancia, y dos libres directos convertidos con maestría por el que ya es el mejor lanzador del mundo. Con los de ayer, el diez acumula 28 goles en cuatro años. También el Celta marcó así. Una estrategia que tiene que servir como aviso a navegantes. El balón parado tiene que servir como recurso para salir de situaciones complicadas como las de ayer o como las que seguro habrá durante el año, pero no puede ser un recurso buscado de manera constante.
El ‘reset’ (Dembélé y el falso 9)
Valverde intentó ayer dos resets para mejorar el ataque. El primero, en los 45 minutos iniciales, situando a Griezmann en lugar de Suárez, a Ansu Fati en la banda y a los dos interiores patrón: Arthur y De Jong. Pero funcionó mucho mejor el segundo: con Messi de falso nueve y Dembélé en el extremo. Se aclararon las líneas de pase (la posesión aumentó del 60% al 62%, y la fiabilidad de pase, del 88% al 90%) y se incrementó el punch en el último tercio. Los delanteros del Barça pasaron de los tan sólo tres intentos de regate en la primera mitad a los diez de la segunda. En gran parte, por la contribución de un brillante Dembélé (8 desafíos individuales). Ayer sí, la aportación del francés fue de valor añadido.