Un pistolero ataca la sede de los servicios de seguridad en Moscú
El FSB repele la acción del intruso, aunque este mata a uno de sus agentes
La mítica sede del antiguo KGB, hoy de la institución que la sucedió, la Agencia Federal de Seguridad (FSB), sufrió ayer el ataque de un desconocido, que llegó a la puerta de entrada y comenzó a disparar un fusil kaláshnikov. El altercado, que se produjo al fin de la jornada laboral, desató el pánico entre la población en una zona muy concurrida del centro de Moscú. Los guardias del FSB lograron repeler el ataque, aunque según confirmó posteriormente la agencia uno de sus agentes resultó muerto. El tirador escapó, pero fue abatido una hora después.
El atacante llegó hasta el edificio de la plaza de la Lubianka, en el centro de la capital rusa y a poco más de un kilómetro de la plaza Roja y del Kremlin, a las seis y diez de la tarde. Durante las horas siguientes, todo fue confusión, tanto entre las personas sorprendidas por el tiroteo como en las redes sociales y los medios de comunicación. Diversas informaciones hablaron de tres atacantes, de varias personas heridas, de un solo fallecido, y algunas fuentes llegaron a elevar los muertos hasta cuatro. El FSB no dio detalles de cómo el pistolero se plantó ante la puerta de entrada de la agencia de seguridad más importante del país ni qué quería, pero sí aseguró que el intruso no logró entrar en el edificio. Confirmó también la muerte de uno de sus agentes, que falleció en el hospital. Además, según el Ministerio de Sanidad, cinco personas resultaron heridas, entre ellas dos agentes en estado grave.
Algún medio dio por hecho que en su huida el atacante había alcanzado mortalmente a un policía de tráfico, extremo que no se confirmó. Lo que sí parece cierto es que se atrincheró en un aparcamiento e intentó protegerse entre los coches. Una hora después algunas personas fueron aún testigos de que el tiroteo continuaba. Agentes del FSB y fuerzas antidisturbios lograron abatirle.
Al empezar el tiroteo la policía procedió a bloquear las calles cercanas al lugar de los hechos, a cortar el tráfico y a evacuar a los viandantes hacia el metro, cuyas salidas también se habían cerrado. Debido a la hora, muchas personas que terminaban de trabajar se disponían a regresar a casa, pero tuvieron que refugiarse en alguno de los muchos cafés de esa zona de la ciudad.
En vídeos difundidos por internet se ve a gente corriendo por unas calles ya adornadas con luces de fiesta a la espera del Año Nuevo. De fondo, sirenas de policía, ambulancias y bomberos.
El atacante dejó tras de sí una mochila, en la que se halló una granada, por lo que tuvieron que intervenir también los artificieros. Las autoridades rusas trataron el ataque como un acto terrorista. El presidente de Rusia, Vladímir Putin, que a finales de los noventa dirigió el FSB, estaba ayer al tanto del ataque, según dijo su portavoz, Dimitri Peskov.
Horas antes había comparecido ante los medios en su multitudinaria rueda de prensa anual, donde, entre otras cosas, habló del proceso de destitución contra Donald Trump. Según Putin, el impeachment es la continuación de una “lucha política interna” donde los demócratas se han inventado las acusaciones contra el presidente de Estados Unidos.
La policía evacua las calles colindantes y tienen que intervenir los artificieros al hallar una granada