Como una bomba
Puigdemont contará con recursos y estructura para apuntalar su proyecto e incluso planea acercar su residencia a Catalunya. De hecho, al conocerse la sentencia, el grupo parlamentario de JxCat, en conexión con Waterloo, estalló en gritos de “Perpiñán, Perpiñán”. “La próxima reunión será en Catalunya”, dijo Puigdemont. El expresident no asumirá riesgos y no tiene previsto pisar territorio español si no cuenta con garantías de que no será detenido, pero la política es otra cosa. Alimenta la idea de ponerse al frente de una candidatura en las próximas elecciones catalanas para arrebatar la victoria a la que ERC aspira. La quiniela en JxCat sería entonces para encontrar un presidenciable ya que Puigdemont no se arriesgaría a perder la inmunidad europea.
“Hoy se abren nuevas oportunidades políticas”, proclamó. Se refería a una vía de “mediación y negociación” en el conflicto catalán, pero también a su futuro.
En la Moncloa consideraban que la decisión del TJUE no tiene incidencia en la condena del 1-O y, por tanto, que la situación de Junqueras no puede cambiar. La condena es firme, sostienen. Luxemburgo no se pronuncia sobre la situación actual de Junqueras pero el reconocimiento como eurodiputado cuestiona todas las decisiones judiciales tomadas a posteriori del 13 de junio sin haber pedido la autorización del Europarlamento. Ese podría ser el caso de la sentencia del 14 de octubre, porque el juicio acabó justo el día antes de la proclamación de la JEC. Con esa base, el equipo legal de Junqueras pedirá la inmediata puesta en libertad de Junqueras. “Oriol vuelve” es el lema de Pere Aragonès.
La imagen de la justicia española está en juego y tanto el Parlamento Europeo como la Comisión advirtieron que harán seguimiento del cumplimiento de la resolución del TJUE. La sentencia recuerda al Supremo que debe tener en cuenta todos los efectos de la inmunidad sobre la condena y aplicar los mandatos del tratado de la UE. La decisión puede tener camino de vuelta a Luxemburgo por parte de la defensa.
El comunicado del Gobierno tardó 7 horas pero la Fiscalía quiso marcar perfil propio pidiendo la ejecución de la condena de inhabilitación que el TS había dejado en suspenso y su comunicación a la Eurocámara para que Junqueras sea despojado de su condición de europarlamentario. Ahí se alineó el PP con Pablo Casado al frente, considerando a Junqueras “un delincuente condenado en firme” y a Puigdemont, un “prófugo de la justicia”. El PP pondrá en marcha una batería de medidas aprovechando su peso entre los populares europeos. Pero sus reformas penales aún quedan lejos de la reacción de Vox.
El líder de la ultraderecha, Santiago Abascal, vio en la sentencia europea un “ataque a la soberanía” española, una “humillación” a España y un “apoyo a los golpistas”. Y de ahí al hastag #Spexit hubo un paso. El movimiento eurófobo está en marcha.
Si algo ha procurado el independentismo en los últimos años ha sido estresar el sistema judicial español y poner su reputación en entredicho. Unos dirigentes desde la cárcel y otros desde el exterior.
Tanto Carles Puigdemont como Oriol Junqueras han fiado su estrategia a lo que pudiera dictar la justicia europea y ayer obtuvieron una victoria con la decisión del Tribunal de Justicia de la UE. Una resolución que insufla más zozobra a la actual provisionalidad política.
El TJUE considera que Junqueras tenía inmunidad al ser elegido eurodiputado y se tendría que haber levantado su prisión provisional para permitirle acudir a Estrasburgo para adquirir esa condición y, mientras, pedir el suplicatorio a la Cámara europea para proceder en su contra. Lo hace en respuesta a la pregunta que le formuló el magistrado del Tribunal Supremo, Manuel Marchena, que dirigió la vista oral. Nada más conocerse, el texto cayó como una bomba en diferentes escenarios, donde fue interpretado de forma muy distinta por los afectados por uno y otro motivo.
No se puede decir que en el Supremo no se esperaran una resolución de este tipo teniendo en cuenta el dictamen previo del abogado general de la UE. Pero sí preveían que hubiera alguna indicación en el sentido de que, pese a que asistía la inmunidad a Junqueras durante la prisión preventiva, una vez ya condenado no tiene objeto que se aplique esa doctrina. De hecho, cuando Marchena presentó la cuestión prejudicial al TJUE ya era consciente de que la situación era extraordinaria, con un político electo mientras estaba siendo juzgado.
La opinión del Supremo no cambió ayer sustancialmente con esta decisión del TJUE. Al menos de momento. Fuentes del tribunal consideran que la prisión provisional sí entra en contradicción con la condición de eurodiputado electo con inmunidad, pero añaden que Junqueras ya no está en prisión provisional. Subrayan también que el tribunal europeo deja en manos del Supremo las consecuencias más allá de aquel momento en el que no se le levantó la prisión provisional. De todas formas, el tribunal del 1-O esperará a los escritos de las partes para tomar una decisión, que probablemente llegará después de Reyes. Lo que sí tiene claro el Supremo es que rechazará cualquier pretensión de las defensas de declarar nulo el procedimiento seguido contra Junqueras a partir de su elección en las europeas del 26 de mayo.
Es precisamente la nulidad de la sentencia lo que reclama ERC, aunque sus dirigentes son conscientes de que esa posibilidad es remota. Los republicanos se acogen a que el TJUE señala que su pronunciamiento tiene sentido ahora porque el propio Marchena insistió en solicitar la aclaración al tribunal europeo en la misma sentencia del 14 de octubre pasado en la que condenaba a Junqueras a 13 años de prisión y otros tantos de inhabilitación para cargo público.
Los republicanos subrayan que el TJUE ni siquiera objeta que haya “una pérdida sobrevenida de objeto”, es decir, que la condena haya invalidado aquel derecho que Junqueras tenía de salir en libertad mientras estaba en prisión preventiva. De hecho, en ERC esperaban una sentencia favorable de la justicia europea, pero con algunos matices que dejaran claro que su aplicación ahora ya es inviable. Consideran que no ha sido así y eso provoca un seísmo en el plano político, en Madrid y en Barcelona (pasando por Waterloo).
A la Moncloa ya habían llegado algunos indicios de que la resolución del TJUE sería favorable a Junqueras, aunque tampoco esperaban que fuera tan taxativa. De hecho, los tres votos particulares del Tribunal Constitucional en su última resolución sobre Oriol Junqueras ya apuntaban en esa dirección. Tres magistrados de ese tribunal consideraron que el Supremo no ponderó adecuadamente que la prisión preventiva de Junqueras afectaba a su derecho de participación política cuando se presentó a las elecciones catalanas del 21 de diciembre del 2017. Entonces el juez Llarena no le permitió tomar posesión de su escaño en el Parlament.
A la preocupación por la imagen de la justicia española en el PSOE se sumó la inquietud por la actitud de ERC. Las esperanzas de lograr la investidura antes de final de año se desvanecen. ERC reclama que la Abogacía del Estado debe solicitar la libertad de Junqueras como condición para allanar la investidura de Pedro Sánchez. Ese organismo ya pidió en junio que Junqueras pudiera salir para recoger su acta de eurodiputado, al contrario del criterio de la fiscalía.
La resolución proporciona a Esquerra más fuerza negociadora. Los republicanos creen que la Moncloa puede hacer más por
La impresión en el TS, que prevé decidir después de Reyes, apunta a que no varía la situación de Junqueras
ERC gana fuerza ante el PSOE, pero la negociación se complica y se alarga al elevar el listón
los presos y para favorecer el acuerdo apoyándose en la justicia europea. Pero al mismo tiempo esta victoria judicial de Junqueras obliga a ERC a poner el listón más alto al PSOE, entre otras cosas porque la sentencia del TJUE también da oxígeno a su rival electoral, Carles Puigdemont, que ya espera una decisión similar respecto a su recurso. En ese caso, el expresident podría moverse por toda Europa, instalarse incluso en Perpinyà, como coreaban ayer sus diputados en el Parlament, y hacer campaña.
El impulso que esta sentencia proporciona a Puigdemont inquieta a una ERC ya vacilante ante la tesitura de garantizar la gobernabilidad en España.