El impuesto del CO llegaalcoche 2
¿Qué hacer con la recaudación obtenida con la nueva contribución de los automóviles?
El Parlament dio ayer la luz verde definitiva a la modificación de la ley catalana de Canvi Climátic. Se instaura finalmente el impuesto a las emisiones de CO2 de los vehículos. El nuevo tributo empezará a ser cobrado el año próximo aunque con fecha del año 2019. En total, 3,6 millones de vehículos deberán pagar el tributo, que dejará a las arcas de la Generalitat 40 millones de euros en el primer año (2019), aunque esta cifra podría elevarse hasta los 80 millones en el 2020.
La previsión de la ley es que con el dinero recaudado se nutran dos fondos de la Generalitat: uno destinado a acciones para conservación de la naturaleza y otro para acciones climáticas. El conseller de Territori i Sostenibilitat, Damià Calvet, declaró hace unos días que los recursos del fondo climático deberían ir destinados a la “ambientalización de la flota” de transporte, entre otros fines. Una comisión intergubernamental del Executiu concretará ese destino. Pero ¿podrían ir estos recursos a vehículos de combustión interna aunque con menos emisiones de CO2?
“La recaudación obtenida debería servir para bonificar la compra de vehículos eléctricos e impulsar la instalación de puntos de recarga”, según el experto en energía Joan Vila, para quien, de esta manera, se activaría una dinámica en favor de la acción climática que favorecería a la industria automovilística que se renueva.
No obstante, Vila matiza: “La mejor solución sería penalizar directamente el consumo de combustible con una tasa de CO2”, aunque admite que el impuesto de la Generalitat “pone en marcha el movimiento del cambio”. En cualquier caso, “ha de ser una medida temporal mientras se espera el desarrollo definitivo de la tasa de CO2 a los combustibles fósiles”, añade.