Un tributo con amplia mayoría de respaldo
PP y Cs ven injusto el gravamen mientras PSC y Comuns resaltan que se debe pasar de la retórica a la acción climática
Una amplia mayoría del Parlament apoyó ayer la modificación de la ley catalana de Cambio Climático para concretar los detalles del impuesto al CO2 que emiten los coches. Resultado: 77 votos a favor (Junts per Catalunya, Esquerra Republicana, PSC y los Comuns), 30 en contra (PP y Ciudadanos) y 4 abstenciones (CUP).
El debate parlamentario fue vivo e interesante. La oposición de derechas (PP y Cs) quiso demostrar que el impuesto es injusto y regresivo por cuanto no se fija en función de los kilómetros recorridos por el conductor, sino que se establece según las emisiones de CO2 por kilómetro recorrido que estipula la ficha técnica del vehículo (y un cálculo estimativo para los vehículos más viejos que carecen de esta información técnica).
Antonio Espinosa (Cs) negó que pueda hablarse de un impuesto progresivo. También argumentó su rechazo afirmando que se penaliza más a los coches más viejos y que, como estos son propiedad de las personas con menos poder adquisitivo, “quienes pagarán más serán las personas con rentas más bajas”.
Consideró injusto que un coche que haga 500 kilómetros al año pague igual que otro que recorra 30.000 kilómetros. “Con la excusa del falso impuesto al CO2 quieren aumentar la presión fiscal. Dejen de meter mano en los bolsillos de los catalanes”, concluyó.
Santi Rodríguez (PP) utilizó argumentos parecidos. “Ha sido el proyecto más rápido de la historia”, se lamentó. También argumentó que el impuesto puede tener un impacto sobre la industria automovilística, que supone el 10% del PIB y emplea a 15.000 trabajadores. Alertó de que puede darse el caso de coches matriculados fuera de Catalunya y que se muevan en esta comunidad, “con lo que cual eludirían el pago del impuesto”, expuso.
El PSC, a través de su diputado Jordi Terrades, apoyó la modificación de la ley con el argumento de que “debemos pasar del discurso del cambio climático a tomar algún tipo de medidas”. Añadió que “no se puede decir que este impuesto ponga en cuestión la industria automovilística”, puesto que en Alemania existe una potente industria de fabricación de automóviles y “tiene la fiscalidad más alta para los vehículos”, sin que nadie lance estas acusaciones.
David Cid (Catalunya en Comú Podem) abundó en los argumentos científicos que justifican la necesidad de actuar. Se refirió a los aumentos de temperaturas en Catalunya (+1,6ºC desde 1950), a las proyecciones futuras ya la necesidad de reducir las emisiones un 8% cada año para paliar el calentamiento y seguir la senda de la mitigación. Dirigiéndose al PP y Cs les dijo: “¡A ustedes no les molesta el impuesto, sino que se hable del cambio climático!”. Respecto a si es un impuesto progresivo, dijo que, como cuestión previa, hay que considerar que “el 50% de los catalanes o no tienen coche o no tienen carné de conducir”.
Natàlia Sánchez Dipp (portavoz de la CUP) expresó sus reservas. “No es el impuesto que queríamos. No es prioritario para combatir la emergencia climática”, dijo tras criticar la inacción del gobierno catalán en el despliegue de la ley de cambio climático. .
Teresa Pallarés (JxC) resaltó que la tramitación de la modificación ha intentado simultanear la urgencia y el consenso. Añadió que la iniciativa está en sintonía con las política europeas. Lluís Salvadó (ERC) replicó que en toda Europa hay unos 20 impuestos municipales de circulación de automóviles que llevan aparejados criterios de penalización de las emisiones de CO2, y que las propuestas de PP y Cs eran inviables. “Ninguna de estos impuestos se establece en función del kilometraje. Lo que ustedes proponen aplicar es imposible”,dijo mirando a la oposición. Salvadó tuvo palabras de agradecimiento hacia Josep Rull (hoy en la cárcel), que fue el impulsor de esta ley e insistió en que debía reconocerse su tarea también en estos momentos de convulsión política.
Lluís Salvadó (ERC) censura a los opositores: “Lo que ustedes proponen aplicar es imposible”