La UAB aplaza presentar las cuentas anuales al desconocer el ingreso público
La rectora señala que con la actual financiación sólo pueden tener déficit
El consejo de gobierno de la Universitat Autònoma de Barcelona (UAB) ha acordado no presentar los presupuestos del ejercicio 2020 ante la imposibilidad de cuadrar las cuentas. “No podemos presentar un presupuesto equilibrado si aumentan los gastos –especialmente los salariales– y se mantienen los ingresos, al estar prorrogados por la Generalitat”, explica Margarita Arboix, rectora de la UAB. “Por otra parte, queremos elaborar unos presupuestos realistas y estamos a la espera de conocer la disponibilidad de recursos públicos del nuevo presupuesto de la Generalitat para el 2020 que previsiblemente se aprobará en enero”, indica la rectora.
De este modo, el consejo de la Autònoma ha retrasado la presentación de sus cuentas al mes de marzo, confiando conocer para entonces la partida de financiación correspondiente en las cuentas públicas.
Mejorar la retribución de las universidades y empezar a situar las cuentas a un nivel anterior a la crisis fue un compromiso alcanzado con el Govern después de que los ocho rectores de las universidades públicas catalanas protestaran públicamente en un acto en el Paraninfo de la Universitat de Barcelona (UB), acompañados de profesores, estudiantes, investigadores y personal de administración, al conocerse que no constaba ningún aumento para los campus en el borrador del nuevo presupuesto de la Generalitat. Esto sucedía a principios de octubre, la semana anterior a publicarse la sentencia del 14-O y antes de que los campus se convirtieran en escenario de protestas.
El 8 de octubre, el vicepresidente del Govern y conseller de Economia,
Pere Aragonès, se reunió con los rectores y les prometió un aumento de 100 millones, lo que elevaba la financiación universitaria a 841 millones, acercándose al objetivo del millar que ingresaban antes de la crisis. Anunció, asimismo, una rebaja de las tasas universitarias, sin concretar ni cuantificar, pero que implicaba un descenso de ingresos para las universidades que sería asumido, supuestamente, por la Administración.
Los responsables de los campus vieron en los 100 millones un alza insuficiente, ya que apenas cubría los aumentos salariales del 2019, y Aragonès se comprometió a citarlos a finales de noviembre en una reunión que no se ha producido y que ahora la vicepresidencia desvía hacia la Conselleria d’Empresa i Coneixement.
En este primer trimestre, la UAB ha pedido contención en los gastos,
Arboix confía en que el Govern apruebe sus cuentas y cumpla con el aumento de ingresos prometido
limitándolos a un máximo del 60% de lo presupuestado.
“El ejercicio del 2019 lo hemos salvado gracias a aportaciones excepcionales”, indica la rectora. Estos ingresos han sido obtenidos por la gestión de las residencias de la Vila Universitaria y por el resultado de una sentencia favorable a la UAB (producto de la cesión del terreno a la Generalitat del Centro de Investigación de Materiales que fue vendido a Applus). También ha contado con un aumento de ingresos por la concesión de proyectos de investigación europeos, aunque este ingreso está destinado en casi su totalidad a los grupos de trabajo.
El presupuesto de la UAB es de 300 millones, de los que 160 proceden de las arcas públicas y 50 de las matrículas de los alumnos. El resto se obtiene por otras fuentes. Por el lado de los gastos, sólo los salarios ascienden a 211 millones. Arboix considera que el presupuesto idóneo, para poder “respirar”, debería ascender a 360 millones.
La financiación actual se aleja no sólo de los campus europeos de similar tamaño (por profesores, alumnos e investigación) sino de universidades españolas. Esta semana se ha conocido el presupuesto de las universidades andaluzas, que en su conjunto asciende a 1.300 millones. Sólo el de la Universidad de Granada, similar a la de la UAB, es de 480 millones. Y el de la de Málaga, más pequeña, 357 millones.