Declarada culpable la mujer acusada de matar a su hija de 9 años en Bilbao
Sin ningún género de dudas. El jurado popular declaró ayer culpable de asesinato con alevosía a la madre acusada de matar a su hija de 9 años en Bilbao. Tras día y medio de deliberación, el veredicto de los cinco hombres y cuatro mujeres que lo componían dio la razón a las tesis expuestas en el juicio por las acusaciones, que pidieron por primera vez en Bizkaia la pena de prisión permanente revisable.
Los hechos ocurrieron el pasado 16 de enero. La hija mayor, a su regreso por la noche a su casa, se encontró los cuerpos de la madre y la pequeña abrazados en una cama. Estaban inconscientes. La joven alertó a los servicios de emergencia, que lograron salvar la vida de la progenitora, pero no la de la menor. La primera estuvo varios días en coma.
Según considera acreditado el jurado, la niña murió de una parada cardiorrespiratoria tras ingerir un “cóctel letal” de fármacos administrados por la madre, que incluso pudo asfixiarla posteriormente con sus manos y una almohada, una posibilidad que se considera factible aunque, explicaron los peritos durante la causa, no se pudo determinar con la autopsia del cuerpo.
La mujer explicó que cometió el asesinato inducida por un hombre encapuchado que entró en el domicilio y que la obligó a hacerlo, tras lo que intentó acabar con su propia vida. El día de los hechos, la madre dejó una hoja manuscrita en la que señalaba a ese tercer individuo, versión que ha mantenido durante el juicio –donde señaló al novio de su hija mayor– y que, sin embargo, la Ertzaintza desacredita.
Los investigadores, que encontraron “semiescondidos” en una papelera de la casa otros tres intentos de redacción de la nota, nunca dieron credibilidad a la historia. Ni la puerta tenía daños, ni tampoco la vivienda. Asimismo, revisaron las cámaras de seguridad de la zona, preguntaron a los vecinos e interrogaron a varios hombres con los que ella y su hija mayor habían mantenido alguna relación sin hallar ningún vestigio que apuntara a la presencia de un inductor.
Las acusaciones –Fiscalía, acusación particular, en representación del padre de la niña, y popular, la asociación Clara Campoamor– consideran que lo que se produjo fue un asesinato con la agravante de alevosía, la misma calificación dictada por el jurado. La defensa, por su parte, solicitó la libre absolución según la teoría del asesinato inducido. De todas formas, pidió a su vez la atenuante de confesión y colaboración en el caso de ser condenada, lo que, de ser aceptado, supondría la reducción de la pena y eludir la prisión permanente. Con el veredicto, la magistrada del caso debe ahora redactar la sentencia.