El acercamiento a Ciudadanos disgusta al PSOE periférico
Inquietud socialista en Valencia, País Vasco, Baleares y Navarra
En el PSOE no solo hay una mirada sobre el acercamiento a Ciudadanos, partido que ha permitido a Pedro Sánchez sacar adelante su última prórroga del estado de alarma. Se podría decir que hay dos, una central, de corte jacobino, y una periférica, más propensa a aceptar un modelo federal, en el partido y en el Estado. En el primer caso, se ubicarían el castellanomanchego Emiliano García-Page, el extremeño Guillermo Fernández Vara, el aragonés Javier Lambán o el vigués Abel Caballero. Líderes socialistas que apuestan porque Pedro Sánchez afiance un pacto con Ciudadanos estable, casi estructural, y que se aleje totalmente de ERC, como informaba ayer este diario.
Pero hay otro PSOE que no comparte esta pulsión. En este grupo se ubican los socialistas valencianos, vascos, navarros y de Baleares. Coinciden en la comprensión de que el presidente del Gobierno español haya realizado un pacto puntual con el partido de Inés Arrimadas, pero no ocultan su inquietud ante la hipótesis de que esta alianza vaya más allá del acuerdo forjado en el Congreso. Bien al contrario, coinciden en observar serios peligros, especialmente por la ruptura con ERC, por la visión centralista de Ciudadanos, compleja en el caso de abrir un debate profundo sobre el modelo territorial y, además, por el probado interés del partido naranja por atacar a las lenguas propias.
El caso valenciano y balear son semejantes. Sus presidentes, Ximo Puig y Francina Armengol, gobiernan gracias al apoyo de Unidas Podemos pero también de fuerzas nacionalistas: Compromís y Més. Puig no ha dudado en abrir vías de diálogo con Ciudadanos en Valencia de manera puntual para avanzar en algunas decisiones durante la pandemia, pero fuentes de este partido señalan que “la estabilidad la tenemos con los socios que nos acompañan desde hace cinco años”. Un pacto estructural con Ciudadanos “no nos parece adecuado, forzaría políticas contrarias a lo que estamos haciendo en Valencia y generaría tensiones”.
En la dirección del PSIB-PSOE el contenido y el tono es similar. Pero a los socialistas baleares les preocupa, y mucho, el distanciamiento con ERC: “Los republicanos son claves para la estabilidad del Gobierno y para avanzar con el diálogo en Catalunya”, subrayan. Y recuerdan “el acoso” que Cs ha practicado siempre con el catalán en esta autonomía.
En Euskadi y Navarra, los socialistas alejan un respaldo estable de Cs y apuntan a la mayoría del bloque de la investidura como soporte para la legislatura de Sánchez. “Esa es su voluntad y así nos lo han hecho saber en las conversaciones internas”, ratifican fuentes del partido en el País Vasco. Lo mismo dicen en la comunidad foral, donde circunscriben el acercamiento del presidente a los naranjas al pacto “puntual” para prorrogar el estado de alarma, un movimiento a varias bandas que, subrayan, se produjo además porque el PP “dimitió de esa responsabilidad”. En ambas comunidades, Cs tiene un peso residual, aunque las distintas coaliciones con UPN y PP le han abierto la puerta a una presencia en las instituciones que, por su cuenta, no tenía.
Con el complicado tablero de Madrid en mente, PSN y PSE entienden la geometría variable de Sánchez. En Navarra, los socialistas, que gobiernan en minoría con Geroa Bai y Podemos, también deben buscar apoyos externos para sacar adelante sus propuestas, como los presupuestos, acordados con EH Bildu, árbitro de la partida foral entre el Ejecutivo de María Chivite y la derecha, agrupada en Navarra Suma (UPN, PP y Cs). Por eso, asimismo, creen comprensible el pacto con la izquierda abertzale de la semana pasada. “Hay una diferencia clara entre acordar medidas puntuales y formar un Gobierno”, explica Ramón Alzórriz, secretario de organización del PSN.
En Navarra y Euskadi, recuerdan fuentes socialistas, la sinergia de votos de PP y EH Bildu en los parlamentos es normal. Desde el PSE, subrayan que la coincidencia con Cs es circunstancial y que los movimientos de Sánchez muestran la cintura política del partido: “Es palpable que el PSOE no es un partido excluyente, incluso en los peores momentos de la historia de Euskadi ha hecho acuerdos con todos aquellos que han querido participar”.
Existe temor a un pacto estructural con el partido de Arrimadas y al alejamiento de Esquerra