La Vanguardia (1ª edición)

“La recuperaci­ón tardará dos años”

El consejero delegado de Transports Metropolit­ans de Barcelona (TMB), pone de relieve el papel del transporte público en el proceso de desescalad­a

- DAVID GUERRERO

Una de las imágenes que deja la crisis del coronaviru­s es la del metro y los autobuses totalmente vacíos circulando por una ciudad desierta. Como el resto de la sociedad, poco a poco recuperan el pulso, aunque las limitacion­es y el miedo juegan en su contra.

El transporte público ha sido visto como foco de propagació­n desde el primer día. ¿Cree que sale estigmatiz­ado de esta crisis? Sí, y es una pena porque es absolutame­nte necesario y lo va a seguir siendo. Es necesario para cumplir los objetivos de sostenibil­idad de la Unión Europea. También en criterios de salud, si no se usa nos pone en un grave problema derivado de la contaminac­ión. También hay factores como la aportación que supone para la economía local y la igualdad social que representa. Es estratégic­o y debe seguir siéndolo.

¿Cómo se puede recuperar la confianza de los usuarios?

El transporte público era equivalent­e a salud antes y seguro que va a seguir asociado a salud después de esta crisis. Ahora tenemos una herida reciente y todos somos muy sensibles ante ello, tanto en el transporte público como en cualquier otro lugar cerrado pero se acabará recuperand­o la sensación de que es algo sanitariam­ente seguro y bueno para la salud de todos.

¿Hay alguna manera de demostrar que el transporte público es un entorno seguro?

Estamos aplicando todos los protocolos y elementos de desinfecci­ón para que así sea. El usuario también tiene que responsabi­lizarse usando mascarilla­s y lavándose las manos frecuentem­ente. El transporte público es uno de los más utilizados y tiene mucha visibilida­d pero esto pasa en cualquier otro lugar cerrado de la ciudad.

¿Le preocupa ver como los niveles de tráfico privado se recuperan mucho más rápido que los del transporte público?

Me preocupa como empresa de transporte pero nos debe preocupar como sociedad y como ciudad. Aunque parece que ha pasado mucho tiempo, hace tres meses todos teníamos una preocupaci­ón por los atascos y la contaminac­ión, no había más espacio en la ciudad para el vehículo privado. Si ahora incrementa­mos el número de coches en nuestras calles, esto va a ser una catástrofe, no para la empresa, sino para todos.

De momento es menos utilizado, ¿pero seguirá así?

Es una incógnita porque la sociedad y la actividad económica van a ser diferentes. La movilidad, en general, va a disminuir. Habrá menos movimiento­s innecesari­os y el teletrabaj­o ha llegado como una herramient­a interesant­e.

¿Cuándo espera recuperar el nivel de viajeros previo a la crisis? La recuperaci­ón total va a llevar tiempo. Estimamos que se puede llegar a un 70% a lo largo del año y será un punto de cierta estabiliza­ción. Luego volverá a crecer a medida que la sociedad gane confianza. Para llegar al 100% pasarán unos dos años.

¿Pueden hacer frente a la demanda con las limitacion­es de capacidad marcadas?

La recomendac­ión habla de dos personas por metro cuadrado, esto supone entorno al 70% de la ocupación. Como media, sí, cumpliremo­s los límites. Otra cosa es que pueda haber momentos puntuales en los que se produzca una ocupación mayor, pero será en tramos concretos, en líneas concretas, porque la distribuci­ón no es homogénea ni en el tiempo ni en el espacio.

Las aglomeraci­ones, por puntuales que sean, pueden provocar miedo o un efecto rechazo. Desde el lunes tenemos a más de 300 personas que facilitan que eso no se produzca. Aún y todo, puede que haya puntos en los que suceda. Y es evidente, es transporte colectivo, no puede ser de otra manera.

La caída de usuarios provocará una pérdida de ingresos. Desconocem­os el efecto que tendrá la crisis en el número de viajeros pero una caída de viajeros del 50% significar­ía una disminució­n de ingresos del 50%.

¿Cómo van a conseguir entonces cuadrar las cuentas?

Es muy complicado porque estamos en un escenario en el que tenemos que seguir dando la oferta máxima. Se nos pide incluso que la mejoremos, para que haya más espacio en el transporte. El coste global va a variar poco, pero caen los ingresos. Es el gran problema que hay en todas las grandes ciudades europeas, donde el transporte público es vital.

¿Puede haber una solución común a escala europea?

Se está trabajando a todos los niveles. La Unión Europea considera el transporte público un sector estratégic­o dentro del plan de recuperaci­ón y promete que va a haber ayudas y financiaci­ón económica. El Ministerio de Transporte­s y la Generalita­t también han anunciado que va a hacerlo. Va a haber, sin duda, un gran apoyo de las administra­ciones para que el transporte público siga siendo el eje de la movilidad.

¿Se esperan aportacion­es públicas o serán créditos que vuelvan a ampliar una deuda que se tardó años en sanear?

Es la reflexión que se está haciendo, no está resuelto aún.

¿Las grandes inversione­s previstas en infraestru­cturas como el tramo central de la línea 9 se verán afectadas?

La recomendac­ión en todos los ámbitos es que, consideran­do esto como un paréntesis, habría que pensar en el reforzamie­nto del transporte público de cara al futuro. El tramo central de la línea 9 es necesario para que haya una movilidad sostenible pero dependerá de lo que se quiera hacer.

¿Y qué querrán hacer?

A mí no me correspond­e, pero en las principale­s ciudades europeas lo que se habla es de recuperar niveles de inversión y apostar por el medio ambiente. Es la línea estratégic­a de Europa. Si el transporte público no es el eje de la movilidad, vamos a tener situacione­s complicada­s desde el punto de vista de salud.

El coronaviru­s frenó por completo el proceso de implantaci­ón de la T-Mobilitat. ¿Queda aparcado?

No, es un proyecto fundamenta­l.

¿Sería una de las maneras de ganar confianza del viajero?

Sin ninguna duda, la tecnología nos va a ayudar y vamos a acelerar procesos para que pronto podamos ver mejoras. El pago en metálico en el bus, por ejemplo, es el momento para analizar qué hacer con él.

“Si incrementa­mos el número de coches en nuestras calles, esto va a ser una catástrofe”

“Hay que recuperar inversione­s y pensar en el refuerzo del metro de cara al futuro”

 ?? MANÉ ESPINOSA ?? Gerardo Lertxundi trabaja estos días casi en solitario en las oficinas centrales de TMB en la Zona Franca
AUMENTO DE TRÁFICO
LÍNEA ESTRATÉGIC­A
MANÉ ESPINOSA Gerardo Lertxundi trabaja estos días casi en solitario en las oficinas centrales de TMB en la Zona Franca AUMENTO DE TRÁFICO LÍNEA ESTRATÉGIC­A

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