La gota que colma el vaso

Santiago Martín es el responsable de la tienda Ítaca, dedicada a la artesanía. Fundada en la calle Ferran de Barcelona hace 43 años, comercializaba todo tipo de elementos hechos artesanalmente con materiales como la cerámica o la madera, entre mucho otros. Después de más de cuatro décadas, Martín se ha decidido echar el cierre. “El coronavirus ha sido la espoleta, la gota que colma el vaso, pero la idea ya me rondaba por la cabeza desde hace tiempo”, reconoce quien fue presidente de la entidad Barna Centre y las ha visto de todos los colores en el centro de la capital catalana. Mostramos a los turistas productos de recuerdo más elaborados que un souvenir cutre. Todos hechos a mano. Lo que ha sido determinante para cerrar ha sido el cambio de público de un tiempo a esta parte. Excepto los americanos, los turistas ya no valoran la artesanía”, explica. Ítaca, que arrancó especializada en piezas confeccionadas en la península Ibérica, tenía un público fiel entre los visitantes nacionales. “Pero el cliente del país sufrió una gran recesión y se incrementó la gente de fuera”, recuerda. “Se ha creado un turismo que no valora la cultura que visita”, opina. Martín aprovecha estos días para hacer las tareas de desmontaje del local, almacenando y organizando las piezas. “Me está afectando mucho anímicamente”, confiesa. A sus 76 años, le espera la jubilación tras una vida dedicada a la artesanía. A su hija, otro trabajo. /