Primero el cómic, luego la serie
Las librerías y tiendas de cómics vuelven a estar abiertas. Pasear en ellas es una manera de sentir la cultura un poco más cerca: los directos de Instagram, que han salido como setas por las redes sociales, son iniciativas loables pero uno no dejaba de estar en su casa. Así costaba romper del todo la rutina. Por eso este lunes toca una recomendación seriéfila híbrida, una que comporta salir de casa para aprovechar la desescalada y también que han abierto estos pequeños templos de cultura que tenemos en los barrios. Porque la serie en los años 80. Dave Gibbons deconstruía la figura del superhéroe para convertirlo en un cúmulo de defectos enmascarados, de corrupción moral y de los peligros del complejo de Dios en un planeta en el umbral de una III Guerra Mundial.
Y, una vez uno se ha adentrado en este cómic, puede ver la serie de Damon Lindelof que actúa como una secuela muy ingeniosa del texto, anclando el relato en la actualidad y en las tensiones raciales de Tulsa, un lugar donde en 1921 hubo una masacre de personas negras en manos de blancos supremacistas.