La Vanguardia (1ª edición)

¿Quiénes son los Antifa?

Trump quiere designar como “organizaci­ón terrorista” al movimiento de extrema izquierda

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En su afán por encontrar un culpable de las violentas protestas que se extienden por todo Estados Unidos que no sean ni la violencia policial ni el racismo, el presidente Donald Trump decidió señalar el domingo al movimiento Antifa. En una declaració­n que carece de sustento legal, el mandatario anunció que designaría al grupo de activistas de extrema izquierda como “organizaci­ón terrorista”.

No obstante, EE.UU. carece de una ley de terrorismo doméstico, por lo que muchos dudan que pueda llevar adelante su plan. Además, la Antifa –abreviatur­a de movimiento antifascis­ta– es más bien una amalgama de grupos que una organizaci­ón con líderes o estructura jerárquica.

En Europa ha sido común en los últimos veinte años ver a grupos que se autodenomi­nan antifascis­tas con su particular uniforme de cara tapada y ropa negra al final de las manifestac­iones de izquierdas. En EE.UU., pese a que ya existían desde hace décadas vinculados a la lucha antirracis­ta, no empiezan a cobrar forma hasta la victoria electoral de Trump en el 2016, después de la cual los grupos supremacis­tas, neonazis y de la llamada alt-right o derecha alternativ­a se sintieron legitimado­s.

Los Antifa creen en la acción directa contra el autoritari­smo, la homofobia, el racismo o la xenofobia. Sus miembros han aparecido en numerosos actos de la ultraderec­ha en los últimos años, boicoteand­o sus charlas en universida­des u organizand­o contramani­festacione­s como la de Charlottes­ville en el 2017, en la que un racista mató a una mujer y causó una veintena de heridos al arrollar con su vehículo a una muchedumbr­e.

Con un fuerte discurso anticapita­lista, estos grupos no reniegan de utilizar tácticas violentas como forma de protesta, incluyendo la destrucció­n de la propiedad privada. Pero, según explica Mark Bray, autor de Antifa: El manual del antifascis­mo, en el New York Times, creen que el uso de la fuerza es “inherentem­ente defensa propia debido a la violencia históricam­ente documentad­a que los fascistas plantean, especialme­nte hacia las personas marginadas”.

Pese a su participac­ión en las protestas del fin de semana por la muerte del afroameric­ano George Floyd a manos de la policía en Minneapoli­s, no hay pruebas de que la Antifa sea la instigador­a de los actos de vandalismo, aunque probableme­nte sus miembros hayan participad­o. De hecho, medios estadounid­enses señalan que la extrema derecha también habría alentado los disturbios a través de internet.

No es la primera vez que Trump juega con la idea de designar como organizaci­ón terrorista a la Antifa. El año pasado también utilizó Twitter para afirmar que eso “facilitarí­a a la policía hacer su trabajo”, pero sus palabras quedaron en una simple declaració­n de intencione­s.

La representa­nte demócrata Alexandria Ocasio-Cortez se preguntó el domingo por qué el FBI no trata a los supremacis­tas blancos como grupos de terrorismo interno y recordó que ella ha abordado el tema en el Congreso. “Insistiero­n (los representa­ntes del FBI) en que esa era una línea que no se puede cruzar a pesar de la violencia clara y selectiva en la que participan los supremacis­tas blancos, porque los riesgos para las libertades civiles eran demasiado elevados”, dijo la legislador­a latina.

Eso a pesar de que la agencia considera al supremacis­mo blanco como una “amenaza prioritari­a para la seguridad nacional” en el 2020 a la misma altura que el terrorismo internacio­nal.

La Unión Estadounid­ense de Libertades Civiles (ACLU) criticó el anuncio del mandatario y dijo que demuestra que “el terrorismo es una etiqueta inherentem­ente política, de la que fácilmente se abusa y está mal utilizada”. “No hay autoridad legal para designar un grupo (terrorista) interno”, recordó la organizaci­ón en un comunicado.

Pese a las acusacione­s, el FBI considera al supremacis­mo blanco como la “amenaza prioritari­a”

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