La Vanguardia (1ª edición)

Los negacionis­tas de Italia

Un carabinier­e retirado dirige los ‘chalecos naranjas’, un movimiento que defiende que el virus es una “invención”

- ANNA BUJ Roma. Correspons­al

Antonio Pappalardo es un exgeneral de los carabinier­i de 73 años que este fin de semana ha aparecido en todos los medios de este país liderando a algunos pocos centenares de manifestan­tes en Milán, Roma y otras ciudades italianas para protestar contra el Gobierno de Giuseppe Conte. Se hacen llamar los chalecos naranjas –dicen que son “primos” de los chalecos amarillos franceses– y han ganado notoriedad al quebrantar las leyes contra las aglomeraci­ones y manifestar­se, sin mascarilla­s ni respetar la distancia , para pedir la dimisión del Ejecutivo: creen que el coronaviru­s es una “invención” de los políticos para “encerrarno­s en casa e instaurar un nuevo orden mundial”.

Pappalardo, un agitador sin complejos, es un viejo conocido en Italia por abanderar todo tipo de causas populistas. Fue parte de los llamados forconi (los de la horca), un rudo movimiento de agricultor­es, pastores, transporti­stas y parados que hace unos años querían paralizar el país cortando carreteras y ocupando peajes como respuesta a la dureza de la crisis en Italia. También ha militado en las filas de los antivacuna­s, de los antieuro, y ahora se ha autoprocla­mado líder de los chalecos naranjas para protestar contra la “dictadura sanitaria”, reclamar la instauraci­ón de un gobierno de unidad nacional y el retorno a la lira.

“Es evidente que el problema de nuestro planeta no es esta especie de estúpida gripe llamada coronaviru­s, utilizada por las grandes potencias para someternos. Son las radiacione­s electromag­néticas, hay demasiados radares, demasiadas antenas”, declaraba en una entrevista esperpénti­ca en el Corriere della Sera. No contento con negar la importanci­a del coronaviru­s –que sólo en Italia ha provocado la muerte de más de 33.000 personas– el general jubilado también cree que las mascarilla­s son “dañinas” y que las vacunas son “veneno”. “Contra este coronaviru­s es mejor un buen antibiótic­o, un buen antiinflam­atorio”, sostiene Pappalardo, que presume de ser uno de los mejores músicos del mundo. “Le anticipo que la secretaría el presidente Donald Trump me ha pedido componer algo en su honor”, asegura a la cabecera italiana.

Los manifestan­tes negacionis­tas ya han sido denunciado­s por violar el decreto que prohíbe las reuniones masivas y también porque muchos de los manifestan­tes en Roma provenían de otras regiones, y no está permitido cambiar de territorio sin un motivo justificad­o, por lo menos, hasta el miércoles. Si en Milán la marcha estaba prácticame­nte teñida de naranja, la de Roma fue guiada por seguidores del partido neofascist­a CasaPound y por Marcia su Roma, un grupo de extrema derecha nacido por Telegram para invitar a los italianos a violar el confinamie­nto cuando todavía no se podía salir. “No es culpa mía si la gente está enfadada y no lo entiende”, valoró Pappalardo.

El general quiere hacer competenci­a a la oposición de derechas que esta mañana ha convocado una protesta simbólica de la Liga, Hermanos de Italia y Forza Italia en Roma –la gran manifestac­ión anunciada por Matteo Salvini ha sido aplazada a julio– y ha vuelto a convocar a los suyos a manifestar­se por la tarde en el mismo emplazamie­nto, la Piazza del Popolo. Salvini está dolido: ha perdido diez puntos durante la pandemia, que han ido directamen­te a las arcas de la ultraderec­hista Giorgia Meloni.

Lejos de Pappalardo, la otra polémica de estos días en Italia la firma un virólogo, Alberto Zangrillo, que dirige la unidad de cuidados intensivos del hospital San Raffaelle de Milán. El médico ha generado una enorme controvers­ia entre la comunidad científica al decir en la Rai que se debe dejar de “aterroriza­r” inútilment­e a los italianos porque, “en realidad, el virus ya no existe clínicamen­te en Italia”. El virólogo es conocido por ser el médico personal del ex primer ministro Silvio Berlusconi. Zangrillo explica que las pruebas de los últimos días muestran una carga viral mucho menor que las de hace un mes o dos, algo que también ha secundado otro infectólog­o del hospital San Martino de Génova, Matteo Bassetti, que piensa que el virus ahora actúa diferente que en los meses de marzo y abril.

Todo esto ha sido desmentido categórica­mente por el presidente del Consejo Superior de Sanidad, Franco Locatelli, quien considera que basta con mirar las cifras de contagios de los últimos días para ver cómo el virus sigue circulando en Italia. Ayer, por ejemplo, hubo 178 contagios, aunque se hicieron menos pruebas que en las jornadas anteriores. “El virus todavía circula y es equivocado dar mensajes que no inviten a la prudencia”, advierte el presidente de la Sociedad italiana de Neumología, Luca Richeldi

Un virólogo italiano desata la polémica al sostener que el virus “ya no existe clínicamen­te”

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AFP Antonio Pappalardo, exgeneral de los carabinier­i, defiende el regreso a la lira

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