Con la música a otra parte
Con la pandemia los discjockeys han tenido que irse, muy a su pesar, con la música en otra banda. Los pinchadiscos hace mucho que las están pasando canutas, ya desde antes del estado de alarma. Según la dj Naara Comabella, ya desde la cancelación del Mobile World Congress de Barcelona, cuando sufrieron multitud de anulaciones de contratos. Esta profesional que reside en Sant Pere de Ribes ve muy negro el futuro de un sector donde se ganó muy bien la vida. La incertidumbre sobre la reapertura de hoteles, beach clubs o discotecas le ha hecho plantearse abandonar. Hacía una década que se ganaba la vida como disc-jockey, tarea que compaginaba con la contratación de grupos de música en directo. A sus 44 años, quiere mirar si es posible salir adelante montando un proyecto de comunicación y marketing enfocado a la industria musical. Quiere ofrecer servicios de consultoría y de music curator. Afirma que son momentos para “reinventarse”. De hecho, en LinkedIn dice que “me gusta emprender, reciclarme continuamente, colaborar con proyectos en que la excelencia en el servicio, la atención al detalle y la satisfacción del cliente sean prioritarios”. El problema, apunta Naara, es que los hoteleros o los empresarios de salas y espacios de fiestas lo están pasando muy mal, y cree que el último que se recuperará es la música en vivo o las actuaciones de los dj. /