El arrepentimiento de Joaquín
El príncipe pide disculpas por saltarse la cuarentena en una fiesta con su novia
Quería disfrutar de una fiesta con su novia y un montón de amigos y, de momento, ha acabado llevando a la cuarentena a 27 personas, él incluido. Ahora, Joaquín de Bélgica, de 28 años, se muestra arrepentido y ha reconocido “no haber respetado todas las medidas de cuarentena” durante su viaje a España. El príncipe ha pedido “disculpas” en un escrito que ha hecho llegar a Efe a través del abogado Mariano Aguayo Fernández de Córdova.
En un escueto párrafo, escrito en castellano y en inglés, el tercer hijo de la princesa Astrid y el príncipe Lorenzo y sobrino del rey Felipe de Bélgica, afirma que “en estos momentos difíciles, no pretendía ofender ni faltar al respeto a nadie. Me arrepiento profundamente de mis actos y acepto las consecuencias”.
Joaquín, décimo en la línea de sucesión al trono, no hace ninguna otra consideración sobre los motivos que le hicieron trasladarse desde Bélgica a Córdoba. En la fiesta, que se celebró el pasado martes en una vivienda particular, se saltaron las normas legales para la fase 2 de la desescalada, que permiten reuniones de un máximo de 15 personas. El viernes, el príncipe daba positivo en el test PCR en Covid-19, lo que ha obligado a ponerlo en cuarentena a él y a las otras veintiséis personas que asistieron a esta celebración. La Policía Nacional ha iniciado una investigación para determinar las irregularidades que se hubieran podido cometer.
Fuentes del palacio real belga han confirmado que el príncipe abandonó su confinamiento en el palacio de Laeken junto a sus padres y sus hermanos y se desplazó a España el 24 de mayo en un vuelo comercial de Bruselas a Madrid. Tenía un permiso de entrada en el país, pese a las restricciones por la pandemia, porque realiza prácticas empresariales aquí. Una vez en la capital española, viajó en AVE hasta Córdoba, ciudad natal de su novia, Victoria Ortiz Martínez-Sagrera, también de 28 años.
La pareja sale desde el 2014, aunque la relación entre ambos se conoció públicamente en el 2017, cuando acudieron juntos a la boda de la princesa belga Eliane de Merode y el barón inglés Charles Astor.
La discreción de la que han hecho gala todos estos años ha saltado por los aires por la imprudencia del príncipe. Victoria, que tiene dos hermanos, Antonio y Ángela, procede de una familia de terratenientes que tienen una finca en Villafranca de Córdoba. Ahora intenta hacerse un hueco en el mundo de la moda tras estudiar Derecho en Madrid y Diseño en el Instituto Marangoni de Milán. Hizo prácticas en el Parlamento Europeo, en Bruselas, y trabajó como ayudante de estilismo en la versión británica de Vogue.
Si el noviazgo de la pareja termina en boda, la joven sería la segunda española en entrar en la familia real belga, tras la difunta Fabiola de Mora y Aragón, que se casó con el rey Balduino y se convirtió en reina de los belgas. Los futuros hijos de la pareja no tendrían el título de príncipes, según las según las nuevas leyes de la Corona belga, ya que esta distinción está reservada para hijos y nietos de reyes. Pero sí serían archiduques de Austria-Este, título que ostenta Joaquín, que tiene cuatro hermanos, los príncipes Amadeo (34), casado con la periodista Lili Rosboch, con quien tiene dos hijos; María Laura (31), Luisa (22) y Leticia (14).
“No quería ofender ni faltar al respeto a nadie; me arrepiento profundamente”, dice en un comunicado