La Vanguardia (1ª edición)

“La vida que colgamos en las redes es falsa, una máscara”

Joël Dicker, escritor, que mañana publica ‘El enigma de la habitación 622’

- XAVI AYÉN

Ya está aquí –bueno, oficialmen­te, llega mañana a las librerías– la nueva novela del suizo Joël Dicker (Ginebra, 1985), El enigma de la habitación 622 (Alfaguara/La Campana), un adictivo ladrillo de más de 600 páginas que muchos lectores van a pasear por el transporte público de medio mundo mientras otros lo utilizan como paliativo de los rigores del confinamie­nto. En un lujoso hotel de Suiza aparece un cadáver, en medio de una trama de intrigas por hacerse con el poder de un importante banco; años después del suceso, un escritor famoso llamado Joël Dicker, acompañado de una bella ayudante, meterá sus narices en el asunto. El Dicker real nos responde desde su casa en Ginebra por videoconfe­rencia.

¿Qué inspira este nuevo libro? Toda la historia del hotel, el crimen y el banco, el eje de la novela, es ficción. La historia de mi editor, Bernard de Fallois, fallecido hace dos años, es auténtica.

Cuente...

Estuvo al frente de poderosos grupos editoriale­s, pero en la última etapa de su vida, creó una pequeña editorial, la que decidió publicarme y apostar por mí cuando todos los otros editores me habían rechazado. Se lo debo todo. Teníamos más de sesenta años de diferencia y, pese a ello, fuimos grandes amigos.

Le cambió la vida ....

Sí, me regaló un nuevo modo de vida, este que ahora tengo. Antes, me resultaba muy difícil verme como escritor, porque nadie me publicaba, no tenía la legitimida­d, solo rechazos. Fue el primero en verme como escritor, me dotó de una identidad, y le debo eso, que no es poco.

¿El Escritor del libro es una visión irónica de usted mismo?

En ...Harry Quebert hay el personaje de Marcus Goldman, un escritor, y la gente lo identifica conmigo. Nadie me cree cuando digo que no tengo nada que ver, así que quise ahora hacer este juego de espejos con un personaje llamado Joël Dicker que arrasa con su segunda novela.

Bueno, el de la novela frecuenta suites de lujosos hoteles, trabaja con bellas ayudantes...

Es mi personaje, juego con él. ¿Escribir yo con ayudantes? No, no, para nada.

Usted, lógicament­e, tiene una cuenta bancaria en Suiza. ¿Ha encontrado banqueros como los del libro?

En una novela, las aventuras son más grandes que la realidad. La banca es un pretexto, mi libro no es una inmersión en el mundo de los negocios, sino un decorado, suntuoso e intrigante.

¿Se inspiró en la lista Falciani, con los nombres de defraudado­res fiscales de todo el mundo con cuentas en Suiza?

No en particular, hay un montón de casos parecidos. Hay gente que vende listas de esos nombres al mejor postor, también las autoridade­s fiscales de otros países realizan detencione­s y obligan, como ha hecho la justicia francesa, a bancos como UBS a dar los nombres de clientes.

El empleado que da la lista de nombres, ¿héroe o traidor?

Es un dilema que solo se resuelve según el punto de vista. Para un banco, se debe garantizar la privacidad. Y, cuando alguien viola el secreto bancario por creencias o un ideal de justicia, otros le consideran un héroe. Pero si es gente que, simplement­e, se chivan a cambio de dinero, solo se trata de mercaderes.

Qué difícil es hablar de su libro sin hacer spoilers...

Tenga cuidado, hombre. Yo nunca sé lo que va a pasar en el libro. Si tuviera un plan, estaría limitado por él. La gente cree erróneamen­te que la escritura de una novela comienza con una idea, pero no, comienza con un ansia, la de escribir, que se apodera de ti. Ya puede usted tener la mejor idea de intriga que, sin el ansia, no conseguirá nada.

Es un policiaco, pero también un vodevil con enredos, está entre Simenon y Oscar Wilde, por decirlo de algún modo.

La literatura es mezcla, creo en los libros que lo son todo: policiaco, vodevil, reflexión, thriller, historia de amor... No me convencen los libros de género, es como encerrar una historia en una jaula y decir ‘esto es un policiaco, no salgas de ahí’. botones a banquero.

Va ligado al tema del lugar que ocupamos en la sociedad, a la mirada que los demás lanzan sobre nosotros, los prejuicios que tenemos acerca del oficio o el dinero de los demás. En la sociedad donde vivimos, la imagen es muy importante, nos mostramos en las redes sociales más que nunca pero colgamos las mejores fotos, hemos creado una falsa vida, la vida que hubiéramos querido vivir, no la real. Mis personajes viven en la apariencia.

Las máscaras...

Sí, vivimos más enmascarad­os que nunca, tapamos lo que somos. Esta es una sociedad enmascarad­a.

¿Nunca le frena pensar que algo no va a ser verosímil?

Sí, me sucede. A veces la realidad

“Nadie me quería publicar, y Bernard de Fallois me dio mi identidad de escritor”

“Si uno viola el secreto bancario por principios es un héroe, pero no si lo hace por dinero”

“Hace meses, un libro con el mundo parado por una enfermedad sería ciencia-ficción”

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La ascensión social es un tema importante, con Lev, que pasa de

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