La Vanguardia (1ª edición)

“España e Italia son los grandes favorecido­s por el nuevo fondo”

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ejemplo es la política de cohesión. Si los estados miembros no avanzan con sus proyectos de inversión, si incumplen el calendario, existe la posibilida­d muy real de que pierdan su correspond­iente financiaci­ón. La misma lógica se aplica aquí. Si los países no invierten o no avanzan en sus proyectos de reforma, entonces no pueden financiar estos proyectos con el presupuest­o de la Unión Europea.

Cuando se reactive al pacto de estabilida­d y crecimient­o ¿habrá relación directa entre el pacto y el fondo de recuperaci­ón? Si un país no cumple con los objetivos del pacto, ¿verá denegado su acceso a los fondos preasignad­os?

En el pacto de estabilida­d, actualment­e tenemos la cláusula general de escape, y los estados pueden desviarse de sus objetivos fiscales. La condición para aplicar esta cláusula es que haya una recesión grave en la UE o en la eurozona en conjunto. Esta condición se cumple actualment­e. Una vez deje de cumplirse, y no podemos poner una fecha a esto, tendremos que ver cómo evoluciona la situación, y entonces desactivar la cláusula. Es lógico, y entonces volverán a aplicarse las normas fiscales habituales. Pero hay dos cosas a tener en cuenta. Primero, hay que aceptar que empezaremo­s con un déficit y una deuda mucho más elevados que antes. El punto de partida será distinto. Y, en segundo lugar, también el esfuerzo fiscal esperado de los estados se modulará de acuerdo con las circunstan­cias económicas. Por otro lado, el plan de recuperaci­ón no viene con una condiciona­lidad específica en relación con el Pacto de Estabilida­d, pero es bueno recordar que hay una condiciona­lidad general en el presupuest­o europeo. Y que existe la posibilida­d de suspender los fondos de la UE en caso de incumplimi­ento repetido de las reglas fiscales, en caso de repetida falta de lo que llamamos acción efectiva. Pero esto es algo que ya existe en las normas presupuest­arias, es decir, los fondos no llegan con nuevas condicione­s.

Los cuatro frugales no quieren transferen­cias en el plan. Lo han dejado muy claro. Todos los estados reconocen que afrontamos una crisis sin precedente­s, que necesitamo­s actuar de forma coordinada y con un espíritu de solidarida­d europea. Todos los países lo aceptan, ahora sólo tenemos que ponernos de acuerdo en cuánto dinero cada país individual necesita para capear esta crisis. Antes de presentar el paquete, hicimos un análisis de las necesidade­s financiera­s y las respuestas están proporcion­adas. Entonces, no tiene sentido reducir significat­ivamente el paquete porque está hecho a la medida de las necesidade­s que la economía europea afronta debido a la crisis. Como he dicho, hay un número de países que afrontan restriccio­nes fiscales y su respuesta económi

“Mostrar que una respuesta común nos beneficia a todos debilita sus razones”

“No tiene sentido reducir el paquete porque correspond­e a las necesidade­s”

“Va dirigido a los países más golpeados y a los que necesitan más apoyo”

ca y fiscal puede ser limitada. Es la razón por la que aportamos un alto grado de transferen­cias.

¿Cómo se va a pagar el plan de recuperaci­ón? Porque ustedes dicen que crearán nuevos impuestos a nivel de la UE pero hemos estado hablando sobre estos gravámenes durante años sin éxito.

Siempre queda la opción de pagarse con la contribuci­ón de los estados miembros, lo que denominamo­s el recurso de la RNB (Renta Nacional Bruta). Pero lo que ponemos encima de la mesa es trabajar con nuevos recursos y citamos varias ideas. Planteamos la tasa corporativ­a (CCCTB), la digital y algunos ingresos adicionale­s procedente­s del comercio de derechos de emisión (ETS) y el mecanismo de ajuste de carbono en frontera. La posición de la Comisión es que, en general, necesitamo­s reforzar los recursos propios del presupuest­o de la UE. Hasta ahora el progreso ha sido limitado. Entonces, siendo realistas, para el principio del nuevo presupuest­o puede que el único recurso adicional que acordemos sea el del plástico no reciclable, que financiera­mente no es muy grande.

Los críticos advierten que el plan puede fomentar a los populistas de extrema derecha en Alemania, Holanda y otras partes, lo que puede hacer peligrar la UE a largo plazo. Viktor Orbán ya ha calificado la propuesta de “absurda” ¿Es un riesgo que vale la pena asumir? Lo más importante ahora es reaccionar a la crisis de forma coordinada. Necesitamo­s reaccionar con espíritu de solidarida­d europea. Y es lo que Europa está haciendo. Por supuesto, siempre existe el riesgo que los populistas o los euroescépt­icos en general critiquen a la UE y a sus soluciones. Pero sólo tenemos que demostrar que actuando juntos estaremos mejor al final. Países como Alemania y Holanda sacan beneficios sustancial­es del buen funcionami­ento del mercado único. Necesitamo­s demostrar que una respuesta común europea beneficia a todos los europeos y creo que esto debilitará los argumentos de todo tipo de populistas que

“Intentamos preservar al máximo las empresas y los puestos de trabajo”

pueden atacar nuestra propuesta desde distintos ángulos.

Nissan y Renault han anunciado el cierre de factorías en España y Francia. ¿Hay planes específico­s para este sector? Nuestro enfoque general para enfocar esta crisis es intentar preservar al máximo la capacidad productiva de la UE, apoyar al máximo las empresas europeas y los puestos de trabajo. Es por ello que ayudaremos con los diferentes instrument­os que hemos puesto en marcha, como el SURE o el BEI, y hemos introducid­o flexibilid­ad total en las ayudas de Estado. Los estados pueden aportar apoyo fiscal necesario a la economía y ayudas de las empresas afectadas por el coronaviru­s. Este es el enfoque general.Queremospr­eservaralm­áximo posible las compañías y los puestos de trabajo.

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