Corea del Sur teme una ola de infecciones tras detectar un nuevo foco
Nuevo contratiempo en la lucha de Corea del Sur contra el coronavirus. Tras la aparición hace un mes de un brote en una zona de copas de la capital (270 casos) y otro en una empresa de logística de los alrededores (110), en los últimos días se han detectado medio centenar de infectados ligados a las iglesias del área metropolitana.
“Se teme que surja una ola de infecciones a gran escala en caso de que el virus continúe extendiéndose en el área metropolitana de Seúl, que está muy poblada y registra movimientos masivos de personas”, advirtió el Ministerio de Salud. El ministro del ramo, Park Neung Hoo, pidió a la población que evite acudir a encuentros religiosos. “Las infecciones entre estos grupos pequeños tienen una alta posibilidad de propagar el virus instantáneamente, especialmente a personas mayores y niños. Podría convertirse en una infección a gran escala en el área metropolitana”, dijo.
Este último episodio ha traído a la memoria el que tuvo lugar en febrero, cuando se incrementaron drásticamente las infecciones a partir del brote vinculado con una pequeña secta en la ciudad suroriental de Daegu, que fue durante semanas el epicentro de la epidemia en el país.
Aunque en el pico de la crisis Seúl llegó a contabilizar unos 900 casos diarios –era el segundo país más afectado del mundo después de China–, fue capaz de controlar su expansión gracias a sus campañas de tests masivos y el control de los contactos de los infectados. Con estas herramientas, el país ha sido capaz de sumar tan solo unos 11.550 infectados y 272 fallecidos sin imponer drásticas cuarentenas.
La aparición del último foco se produce en un momento delicado. Este miércoles está previsto que regresen a las aulas 1,8 millones de estudiantes, que se sumarán a los 2,8 ya reintegrados desde el pasado 20 de mayo. Pese a los riesgos existentes, las autoridades defienden que las clases en línea no son suficientes. Aún así, padres y maestros todavía se muestran desconfiados con la vuelta al colegio, más aún después de conocer nuevos datos sobre la aparición de varios casos en academias y establecimientos comerciales visitados por los estudiantes.
Mientras tanto, el país sigue esforzándose por mejorar sus sistemas de rastreo y contención. Para ello, está previsto que, a partir del 10 de junio, las personas que accedan a lugares de alto riesgo como bares, karaokes, iglesias o bibliotecas se registren haciendo uso de un código QR de un solo uso.
Tras escanear el código, los datos del usuario quedarán guardados hasta un máximo de cuatro semanas. De esta manera, si surgiera una infección grupal, las autoridades sanitarias podrán rastrear con mayor efectividad a todos los asistentes. Su implantación se produce después de que miles de los nombres apuntados en los registros de entrada de los clubes nocturnos de Itaewon –donde apareció un peligroso brote el mes pasado– resultaran ser inexactos.