El Govern elude la crisis entre sus socios y fija el horizonte en el 2022
El conflicto de JxCat y ERC no impide lanzar un plan para después del coronavirus
Como si nada no hubiera ocurrido. El Govern eludió ayer la enésima crisis protagonizada por sus socios, esta vez a cuenta de las diferencias sobre la sexta prórroga del estado de alarma que hoy JxCat y ERC votarán de manera diferente en el Congreso, y mandó el balón hacia adelante para situarse en el horizonte del 2022 al aprobar la creación de un grupo de trabajo encargado de diseñar los proyectos de futuro de la Catalunya posterior a la Covid-19. Es la denominada estrategia Catalunya 2022, desvinculada sobre el papel de un escenario electoral concreto. Un escenario que el Govern no ve de momento ni necesario ni inmediato y al que oficialmente sigue cerrando la puerta.
Después de la habitual reunión de los martes, fueron el presidente Quim Torra y el vicepresidente Pere Aragonès los que comparecieron conjuntamente desde la sala Torres García del Palau de la Generalitat para presentar una iniciativa que “trasciende a este Gobierno y a los gobiernos que vendrán después”. La intención era realzar la importancia del proyecto, un instrumento pensado para afrontar de la mejor manera posible las consecuencias sociales y económicas que dejará el coronavirus, a fin de mantenerlo al margen de las polémicas partidistas. Y por este motivo los dos obviaron la crisis entre JxCat y ERC y la circunscribieron efectivamente al ámbito de los partidos y exclusivamente en el Congreso. Como si, además, el Govern estuviera inmunizado. Esta era, cuando menos, la imagen que se pretendía transmitir, pero, a diferencia de otras ocasiones en que las dos partes se habían esforzado en exhibir unidad, esta vez la unidad pareció más forzada que nunca y nadie realizó ningún esfuerzo para negar las discrepancias de fondo que sobrevolaron durante toda su comparecencia.
En el aire quedó, así, si el Govern sería capaz de aguantar hasta febrero del 2021, la fecha fijada para que
el grupo de trabajo presente sus conclusiones definitivas, o si Torra pactaría la fecha de las elecciones, cuando sea que estas se celebren, con Aragonès. El silencio fue la respuesta del presidente, mientras otro presidente, el del Parlament, Roger Torrent, insistía prácticamente
al mismo tiempo en la tesis de que JxCat y ERC debían acordar el calendario electoral. Lo que sí quedó claro es que el horizonte del 2022, fuese como fuese, ya no lo gestionaría este Govern, porque incluso en el supuesto de que la legislatura se agotara, esto situaría el final distraerá”, precisan al respecto fuentes del entorno de Torra.
En este sentido es en el que insistió precisamente la consellera de Presidència, Meritxell Budó, en su comparecencia en este caso posterior a la de Torra y Aragonès, en la que descartó por completo que ahora fuera el momento de convocar elecciones. “El presidente de la Generalitat, que es quien tiene la competencia de convocarlas, ya ha dejado claro que ahora no es el momento de hacerlas y que el momento, en cambio, requiere un Govern fuerte para hacer frente a la situación y no un Govern en funciones a causa de una convocatoria electoral que ahora no creemos oportuno”, argumentó,
Torra no aclara si pactará las elecciones con Aragonès, y Torrent insiste en el acuerdo