La Vanguardia (1ª edición)

Rescate de temporeros

La precarieda­d de 200 sintecho en Lleida se agrava por temor a un brote

- JAVIER RICOU Lleida

Estamos aquí para recoger su fruta y sólo pedimos un techo, comida caliente y agua para ducharnos. Pero parece que a nadie le preocupa que durmamos en la calle. ¡Y somos humanos¡ Esto es una vergüenza. Si no lo hacemos nosotros, ¿quién trabajará en sus campos?”.

Es un apretado resumen del crudo discurso de más de siete minutos colgado días atrás en su cuenta de Instagram por Serigne Mamadou, un temporero senegalés que recaló el pasado mes de mayo en Lleida y ha dormido las últimas semanas en la calle junto con otros 200 inmigrante­s, que como Mamadou se han desplazado desde diferentes puntos de España hasta Ponent para trabajar en la campaña de recolecció­n de la fruta.

El vídeo ha tenido cientos de miles de visitas y ha despertado conciencia­s. Lo que se relata es la situación infrahuman­a de unos ciudadanos, la mayoría subsaharia­nos, que viajan a Lleida movidos por el reclamo de trabajar en la campaña de la fruta y acaban abandonado­s a su suerte, al no tener asegurado el puesto de trabajo. Nada nuevo en Lleida o algunas poblacione­s del Baix Segre, cuyos habitantes están acostumbra­dos a ver inmigrante­s tirados por las calles o malviviend­o en destartala­das barracas cuando arranca la temporada de trabajo en el campo.

Pero esta campaña es diferente. La crisis sanitaria por el coronaviru­s ha agravado la situación de esa mano de obra imprescind­ible para el sector agrícola (sin los temporeros no se recogería la fruta) y especialme­nte para aquellos que no tienen un contrato apalabrado. Este año esos inmigrante­s lo están teniendo más difícil que nunca para sobrevivir. El riesgo de nuevos brotes en estas primeras fases del desconfina­miento –las condicione­s de vida de esas personas no son las mejores para protegerse– hace que muchos quieran lo más lejos posible a esas personas.

Es imposible obligar a esos temporeros a respetar el distanciam­iento recomendad­o para evitar contagios. Un nutrido grupo duerme hacinado desde hace días bajo un porche del casco antiguo de Lleida. Y mucho menos controlar que no haya concentrac­iones de más de diez personas en la

Esas personas solo piden un techo, un plato de comida caliente y agua para ducharse

La alarmante situación requiere la inmediata implicació­n de todas las administra­ciones

 ?? MERCÈ GILI ??
MERCÈ GILI

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain