La amenaza de un rebrote
todavía (aunque nos vamos acercando…) de indicadores sólidos y en tiempo real sobre los casos nuevos que puedan aparecer. No es nada fácil identificarlos a todos: habrá personas que no tengan síntomas, habrá otras que tengan pocos síntomas (quizás leves) y no contacten con el sistema sanitario y habrá personas que tengan más síntomas pero que tampoco contacten con el sistema sanitario. Los ingresos hospitalarios (los casos graves) son indicadores parciales y demasiado tardíos. Las pruebas masivas de detección son poco eficientes: Wuhan ha realizado en pocos días una PCR a más de 6 millones de habitantes para detectar 200 casos asintomáticos. No tiene mucho sentido. Hay países que usan estrategias selectivas y realizan PCR periódicamente a un grupo de población o una localidad concreta para ver la evolución de la circulación del virus. Así se ha propuesto, por ejemplo, hacer PCR a todas las mujeres embarazadas. Es interesante y prometedora la estrategia de identificación del RNA del virus en muestras de aguas residuales, dado que se excreta por las heces. Puede ser un indicador precoz de si existe o no circulación del virus en una comunidad o zona específica. Nos permitiría detectar cambios respecto a la situación basal y/o alertar de un posible aumento de casos en la zona.
Lo mejor es tratar de impedir los rebrotes: intentar que no nos contagiemos unos a otros (medidas de prevención, distancia). Si hay un rebrote debemos garantizar que este sea detectado a tiempo (cuando hay muy pocos casos) para cortar la cadena de transmisión. No soy cirujano, pero la microcirugía es siempre mucho mejor que una amputación.
@ToniTrilla