Carne a domicilio para salvar el negocio familiar
Sería capaz de ponerle nombre a cada una de las terneras que crían en la granja de Bigues i Riells en la que empezó su abuelo, siguió su padre y hoy trabajan los cuatro miembros de la familia más otros 16 trabajadores. La granja es el kilómetro cero donde crecen todos los animales que la familia de Albert Subirats comercializa en las dos carnicerías que regentan en Bigues. La facturación con la crisis sanitaria se derrumbó por debajo de la mitad con el cierre de los restaurantes y las escuelas. Y a punto estuvieron de bajar ellos también la persiana de no haber sido por la capacidad familiar de emprender y arriesgar. Crearon una web y en pocas semanas se pusieron a vender su carne selecta a domicilio. En menos de 48 horas el pedido de Carns Subirats llega a cualquier punto de Barcelona, Maresme y el Vallès Occidental y Oriental. Y por lo que cuenta Albert, el servicio funciona porque el cliente aprecia la calidad de un producto de proximidad, garantía y confianza. Ni siquiera han tenido tiempo de confeccionar en la web el catálogo de productos que ofrecen. El propio Albert descuelga el teléfono y coge el pedido, aconsejando cuál es la mejor pieza para cada momento. Cuando todo esto termine los Subirats mantendrán el envío a domicilio porque han descubierto que el consumidor, si le gusta lo que le llevas hasta su casa, repite. Y un consejo para terminar: “La carne siempre tiene que estar a temperatura ambiente antes de ponerla sobre la plancha”. /