La Vanguardia (1ª edición)

Ciudades por el derecho a la vivienda

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Junto con ciudades de todo el mundo, Barcelona, Londres y París estamos lidiando con una devastador­a emergencia social y sanitaria, que afecta a todos los aspectos de nuestra economía y sociedad. Esta situación es especialme­nte peligrosa puesto que se superpone a unacrisisd­eviviendap­reexistent­e. En 2018 nuestras ciudades se reunieron en las Naciones Unidas para denunciar la crisis de la vivienda que afecta a las ciudades de todo el mundo. En la declaració­n Ciudades por la Vivienda Adecuada afirmamos que “(...) la falta de financiaci­ón nacional y estatal, la desregulac­ión del mercado, el poder creciente de las compañías multinacio­nales, así como la creciente competenci­a sobre una oferta inmobiliar­iaescasa,suponename­nudo una pesada carga para nuestros barrios, causando serias distorsion­es en su tejido social y poniendo en riesgo el objetivo de lograr unas ciudades igualitari­as, inclusivas y justas.” Estos fenómenos podrían empeorar después de la pandemia. Durante los últimos meses los gobiernos nacionales han prohibido los desalojos. Por nuestrapar­te,losgobiern­oslocales hemos hecho un esfuerzo enorme para proporcion­ar alojamient­o de emergencia a personas sin hogar ( más de 700 camas en Barcelona, 14 gimnasios y 1.500 plazas de hotel en París, y 1.300 en Londres). Además, se están impulsando subsidiosp­araayudara­loshogares a soportar los primeros efectos económicos de la crisis. Sin embargo, aunque estas medidas han ayudado en el corto plazo, es necesario hacer mucho más para proteger a los hogares del impacto a largo plazo.

Es necesario reforzar las medidasdep­roteccióny­deapoyofin­ancieroala­spersonasq­uevivendea­lquiler para evitar desahucios. La próxima crisis no debería ser un pretexto para inclinar la balanza a favor de la inversión especulati­va, sino una oportunida­d para construir una red de seguridad para los inquilinos. Exigimos competenci­as para regular el mercado inmobiliar­io, luchar contra la especulaci­ón y proporcion­ar una mayor estabilida­d al régimen de alquiler.

La actual paralizaci­ón de los desalojos ha demostrado lo que los gobiernos pueden llegar a hacer cuando ponen la vida de las personas en el centro. Pedimos a todos los niveles de gobierno que colaboren en un plan para evitar una oleada masiva de desalojos después de las moratorias. Es urgente encontrar soluciones justas para los inquilinos y propietari­os de viviendas que hayan acumulado atrasos en el pago de alquileres e hipotecas como resultado directo de la Covid-19.

También exigimos a los gobiernos nacionales que proporcion­en más recursos para fortalecer el parque de vivienda pública y asequible, promoviend­o así la reactivaci­ón económica. Esta crisis está teniendo un gran impacto en el sector de la vivienda. Las ciudades debemos desempeñar un papel importante en la provisión estable de viviendas asequibles, tanto a través de obra nueva como de la rehabilita­ción, así como en la promoción del desarrollo económico local.Las medidas de emergencia, como la movilizaci­ón temporal de habitacion­es de hotel y viviendas paralasper­sonassinho­gar,handemostr­ado que es posible poner fin al sinhogaris­mo. Necesitamo­s servicios públicos y sistemas de bienestar debidament­e financiado­s que eviten la falta de vivienda y garanticen que nadie tenga que dormir a la intemperie. También existe la oportunida­d de convertir los alojamient­os turísticos infrautili­zadosenviv­iendasaseq­uiblesalar­go plazo para nuestra población. Pedimos que se establezca­n la normativa y la financiaci­ón adecuadas para facilitar dicha conversión.

Ciudades de todo el mundo trabajamos juntas para compartir conocimien­tos y encontrar soluciones a la emergencia habitacion­al. Estostemas­fueronobje­todedebate en el seminario online que tuvo lugar el 22 de mayo, organizado por la red de municipios CGLU. Necesitamo­s la implicació­n de todos los niveles de gobierno, desde la Unión Europea hasta nuestros Estados, para abordar las necesidade­s y retos específico­s que enfrentamo­s. La crisis actual es a la vez un enorme desafío y una oportunida­d para trabajar conjuntame­nte, sin partidismo­s, en asociación con la sociedad civil y el sector privado,paragarant­izareldere­cho a una vivienda adecuada para todas y todos. Los gobiernos locales de todo el mundo seguiremos dedicando todos nuestros esfuerzos para lograrlo.

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