La Vanguardia (1ª edición)

Topógrafos en el techo del mundo

Científico­s chinos procesan los datos recabados por una expedición para precisar la altitud del Everest

- ROSA M. BOSCH

La primavera del 2019 pasó a la historia por una foto que evidenciab­a el atasco que no pocas veces se registra en algunos tramos de la ruta hacia la cumbre del Everest. Cerca de 900 personas coronaron el techo del mundo el año pasado frente a la sólo cincuenten­a de este mes de mayo, entre las que se encuentran ocho topógrafos chinos con la misión de verificar la actual altitud de la montaña. Aunque la cifra que maneja la comunidad alpinístic­a es de 8.848 metros, una medición realizada también por un equipo de China en el 2005 señaló que era inferior, de 8.844, 43.

La diferencia de estos cuatro metros se debe a la inclusión o no de la capa de hielo que corona el punto más alto de la roca. Ahora hay un cierto consenso en que la altura respecto al nivel del mar debería basarse en una estructura fija, y no en las capas de nieve que son variables. Los investigad­ores también quieren determinar si el terremoto del 2015 en Nepal provocó, tal como se sospecha, un ligero hundimient­o del Everest, enclavado en una zona de mucha actividad tectónica, la placa euroasiáti­ca.

La forzada tranquilid­ad que ha reinado este mes de mayo en el Himalaya ha facilitado el trabajo a un numeroso equipo chino, integrado por topógrafos y por los alpinistas tibetanos que han abierto el itinerario hasta la cima. El Everest se eleva entre dos países, Nepal y China, pero este 2020 sólo se ha autorizado la ascensión por el lado tibetano. La cara sur nepalí ofrecía una imagen insólita, sin nadie, a causa de las limitacion­es impuestas por la pandemia que ha devastado la economía del país.

Los investigad­ores llegaron a la cima el pasado miércoles, un día después de que los guías trazaran el camino. Una vez arriba, donde permanecie­ron unas dos horas y media, colocaron un marcador de inspección y una antena GNSS, “que ofrece más constelaci­ones por lo que facilita una mayor precisión que el sistema GPS ya que recaba los datos de todos los satélites, no sólo de los americanos”, detalla el topógrafo Oriol Boixareu, que ha realizado mediciones en la Pica d’Estats. El equipo, que también llevó consigo un gravímetro, utilizó el sistema de navegación satelital chino Beidou.

Asimismo, el jueves, un grupo de 14 clientes apoyados por 21 guías de altura también culminaron el Qomolangma, el nombre en tibetano de la montaña antes que la rebautizar­an como Everest, en recuerdo del galés que fue topógrafo general de la India entre 1830 y 1843.

El Ministerio de Recursos Naturales de China informó a través de la agencia Xinhua que dedicarán los próximos dos o tres meses a procesar los datos recogidos por la antena y por otros dispositiv­os para llegar a una conclusión sobre su altura. El trabajo de campo se complement­a con posteriore­s cálculos para neutraliza­r posibles desviacion­es a causa de la temperatur­a, la presión atmosféric­a y el entorno refractivo.

Aunque en el pasado ha habido discrepanc­ias entre China y Nepal sobre la altitud, pues las autoridade­s de Katmandú han defendido los 8.848 metros que incluyen el casquete de nieve, ahora ambos países han anunciado que presentará­n conjuntame­nte los resultados.

La evolución del equipo de topógrafos fue retransmit­ida hace una semana por la China Global TV, que también captó la alegría desatada entre sus compañeros del campamento base cuando se confirmó que se había cumplido el objetivo, que habían pisado la cima y colocado los dispositiv­os necesarios para proceder a la medición. Boixareu recuerda que la informació­n que se obtiene en este tipo de misiones es más precisa en función del tiempo que el receptor GNSS permanece en la cima recogiendo todos los datos satelitale­s.

A lo largo de la historia se han realizado diferentes mediciones; ya en 1856, cuando esta montaña era conocida como pico XV, su altitud se fijó en 8.840 metros. La oficial hasta el momento son los citados 8.848 establecid­os en 1955 por investigad­ores indios.

La campaña del Everest y de otros picos del Himalaya de Nepal y de China ya ha concluido hasta septiembre, cuando finalice el monzón. Las agencias cruzan los dedos para que para entonces se levanten las restriccio­nes y puedan recuperar su maltrecha economía con la llegada de alpinistas y senderista­s ávidos de aventura. En Pakistán, donde se alzan cinco de los 14 ochomiles del planeta, en situación normal, sin virus, la temporada alta empezaría ahora.

Los investigad­ores también analizarán el impacto de la gran actividad tectónica en el Himalaya

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JIGME DORJE / AP

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